La Semana Mundial de la Alergia se celebra este año del 18 al 24 de junio, con el lema “El cambio climático empeora las alergias”. Una consigna cuya finalidad es la de visibilizar la conexión y peligros que tiene el cambio climático con la alergia, y conocer cómo tratar este tipo de complicación. Durante esta semana la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediática (SEICAP) recuerda la relación entre los factores ambientales y la alergia.
El aumento de la temperatura media global de la tierra de un grado en los últimos 100 años se debe al incremento de los gases con efecto invernadero, en concreto el CO2 procedente de la utilización de derivados del petróleo, y que no es absorbido adecuadamente por los árboles. Dicho ascenso de la temperatura ocasiona un adelanto en la floración y como consecuencia un incremento del periodo de exposición a los pólenes.
Los factores ambientales que repercuten en el cambio climático afectan a la salud infantil. A la contaminación, hay que sumarle la sequía que existe actualmente en España. Estudios recientes realizados en la Península Ibérica han descrito una asociación significativa entre sequía y afecciones en la salud respiratoria y circulatoria.
Desde la SEICAP se advierte que con la sequía se ha incrementado el tiempo que el polen permanece en la atmósfera, por lo que los pacientes con asma y con alergia a estos componentes van a tener más sintomatología. Van a estar más expuestos durante más tiempo.
Recomendaciones
¿Qué pueden hacer los alérgicos más pequeños ante el cambio climático? Los expertos alergólogos de la SEICAP recomiendan una serie de medidas para reducir los efectos del cambio climático en los alérgicos.
- Averiguar el nivel de polen: es importante conocer los niveles de polen. Puedes saber cuál es la concentración de granos de polen en cada zona de España aquí
- Reducir las emisiones y la contaminación: contribuir a generar menos residuos contaminantes, consumir solo el agua y los productos que realmente precisen evitando el despilfarro.
- Uso de la mascarilla en exteriores: en época de alta polinización puede ser una buena medida
- Evitar que el niño se toque los ojos y que mantenga una correcta limpieza de manos