Tratamiento de rescate

El tratamiento de rescate también se conoce como tratamiento sintomático o de los síntomas, tratamiento de las crisis o agudizaciones   u otros nombres con el mismo significado. Es el tratamiento que se utiliza cuando una persona presenta síntomas de su enfermedad alérgica, para que estos sean lo más leves posible y desaparezcan a la mayor brevedad. Su efecto es rápido, y habitualmente se utiliza durante periodos cortos de tiempo. El paciente nota sus efectos con claridad, a diferencia de lo que sucede con el tratamiento preventivo, a veces incluso a los pocos minutos.

Se utilizan en la mayoría las enfermedades alérgicas, isa como en otras patologías: asma, rinitis, conjuntivitis, dermatitis atópica, dermatitis de contacto, urticaria y edema, alergia a alimentos, medicamentos o picaduras de insecto, y reacciones de anafilaxia; en esta la actuación inmediata puede salvar la vida del paciente.

Según la enfermedad y los síntomas que se presenten, el tratamiento se puede aplicar por vía tópica o local, o por vía general o sistémica.

La vía tópica o local se refiere a medicamentos que se administran sólo en la zona afectada: inhaladores que se deben usar con cámara de inhalación en la gran mayoría de los casos, para los síntomas de asma, sprays y sueros en fosas nasales, colirios en gotas en los ojos, cremas en diferentes composiciones para lesiones de piel.

La vía general o sistémica se refiere a que el medicamento actúa a nivel de todo el organismo, aunque se administre por vía oral o por otra vía como la parenteral o intravenosa. Así pueden administrarse por boca, y tras su absorción en el estómago por sangre llegan a todas las zonas del organismo, tengan síntomas o no.  Otras vías de administración sistémicas son   intravenosas, intramusculares o subcutáneas, que se caracterizan por mayor rapidez en la acción del fármaco.

Se debe administrar cuando empiezan a presentarse los síntomas, aunque al principio sean leves para ello a los niños o sus familiares se les enseñan a identificar los síntomas en fases iniciales. Si se inicia el tratamiento de rescate en estas fases precoces, generalmente se evita el que los síntomas vayan a mayor intensidad y se prolonguen en el tiempo.

Suele ser mejor iniciar pronto el tratamiento de rescate, aunque luego se quede en una falsa alarma, que esperar y que los síntomas se agraven y prolonguen.

El tratamiento de rescate debe hacer efecto en poco tiempo. La acción de la adrenalina es casi instantánea, los broncodilatadores hacen efecto en pocos minutos, y los antihistamínicos en menos de media hora.

Dependiendo de la enfermedad si los síntomas son intensos o reaparecen tras una mejoría inicial, puede ser necesario repetir la ministración del mismo como el caso de los broncodilatadores en el asma o la adrenalina en el caso de una reacción alérgica que comprometa la vida como la anafilaxia. La adrenalina que se administra por vía mi puede repetir cada 15-20 minutos, y los broncodilatadores cada 20-30 minutos con cámara de inhalación.

Cuando se ha administrado la primera dosis de adrenalina se debe uno desplazar al centro médico más cercano para valoración; en el camino se puede ir repitiendo si es necesario.

En el caso de los broncodilatadores para el asma, si se llega a necesitar una tercera administración con intervalos de 20-30 minutos, se debe acudir a un centro médico para valoración, pues ante la falta de mejoría puede necesitarse un tratamiento adicional hospitalario.

En cualquier caso, siempre no se mejore con el tratamiento de rescate, debe consultar con su médico, con mayor o menor urgencia según la severidad de los síntomas.

Hay pacientes que tras el tratamiento de rescate responden muy bien, pero que lo necesitan repetir con mucha frecuencia. Se debe administrar siempre que se necesiten, pero si esto sucede a menudo es señal de que la enfermedad no está bien controlada. Cuando ocurre esto se debe consultar con el especialista, para nueva valoración pues es posible que la enfermedad haya evolucionado y necesite nuevas pruebas diagnósticas, cambio de tratamiento o incluso recordar la forma de administrar el mismo, que ha podido ser olvidada con el tiempo.

La frecuencia de síntomas variará según el paciente, si le produce alteraciones y limitaciones en su ritmo de vida normal, debe consultar su situación previa y la actual con el especialista.

La medicación de rescate produce una mejoría evidente de los síntomas, y en ocasiones puede llegar a producir un efecto adictivo incluso de dependencia en algunas personas. El tratamiento de rescate, sin embargo, no produce beneficios a largo plazo y no debe usarse como sustituto del tratamiento preventivo. Por ello ante el consumo frecuente se debe consultar con el médico responsable del tratamiento.

Sí que es compatible. El tratamiento preventivo se debe usar a diario, sin interrupciones; el tratamiento inmunoterapia se administra   con la frecuencia estipulada por el medico prescriptor que poda variar según el tipo y la indicación de la misma. Aunque un paciente esté con estos tratamientos, debe añadir el tratamiento de rescate si aparecen los síntomas, hasta que estos desaparezcan.

Asimismo, también puede usarse con otros tratamientos comunes, como antibióticos, medicamentos para la fiebre, el dolor o la inflamación. Si recibe otro tratamiento de uso más específico, consulte con su médico para informarse de la compatibilidad.

El pediatra que inicio el tratamiento de mantenimiento es el que debería modificar dicho tratamiento pues es el responsable del seguimiento de la enfermedad y debe estar enterado de la evolución de la misma. La familia y el niño solo deben modificar el tratamiento de rescate y si este se usa a diario informar al pediatra.

El tratamiento preventivo se debe usar todos los días sin interrupciones; el tratamiento de rescate se usa de modo intermitente, en las temporadas que se tienen síntomas, y se retira cuando no hay síntomas.

Algunos medicamentos se usan sólo como de rescate y otros sólo como preventivos, también existen algunos medicamentos pueden usarse en los dos tipos de tratamiento. (antihistamínicos, corticoides tópicos, broncodilatadores de acción larga, …). Su especialista le indicará cuándo y en qué tipo de tratamiento debe usar cada medicamento. Si tiene dudas, pida aclaraciones e instrucciones escritas para evitar confusiones.

Índice de contenidos

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¿Para qué enfermedades se utiliza el tratamiento de rescate?

Se utilizan en la mayoría las enfermedades alérgicas, isa como en otras patologías: asma, rinitis, conjuntivitis, dermatitis atópica, dermatitis de contacto, urticaria y edema, alergia a alimentos, medicamentos o picaduras de insecto, y reacciones de anafilaxia; en esta la actuación inmediata puede salvar la vida del paciente.

¿Cómo se aplica el tratamiento de rescate?

Según la enfermedad y los síntomas que se presenten, el tratamiento se puede aplicar por vía tópica o local, o por vía general o sistémica.

La vía tópica o local se refiere a medicamentos que se administran sólo en la zona afectada: inhaladores que se deben usar con cámara de inhalación en la gran mayoría de los casos, para los síntomas de asma, sprays y sueros en fosas nasales, colirios en gotas en los ojos, cremas en diferentes composiciones para lesiones de piel.

La vía general o sistémica se refiere a que el medicamento actúa a nivel de todo el organismo, aunque se administre por vía oral o por otra vía como la parenteral o intravenosa. Así pueden administrarse por boca, y tras su absorción en el estómago por sangre llegan a todas las zonas del organismo, tengan síntomas o no.  Otras vías de administración sistémicas son   intravenosas, intramusculares o subcutáneas, que se caracterizan por mayor rapidez en la acción del fármaco.

¿Cuándo debe usarse el tratamiento de rescate?

Se debe administrar cuando empiezan a presentarse los síntomas, aunque al principio sean leves para ello a los niños o sus familiares se les enseñan a identificar los síntomas en fases iniciales. Si se inicia el tratamiento de rescate en estas fases precoces, generalmente se evita el que los síntomas vayan a mayor intensidad y se prolonguen en el tiempo.

Suele ser mejor iniciar pronto el tratamiento de rescate, aunque luego se quede en una falsa alarma, que esperar y que los síntomas se agraven y prolonguen.

¿Qué se debe hacer si no se mejora con el tratamiento de rescate?

El tratamiento de rescate debe hacer efecto en poco tiempo. La acción de la adrenalina es casi instantánea, los broncodilatadores hacen efecto en pocos minutos, y los antihistamínicos en menos de media hora.

Dependiendo de la enfermedad si los síntomas son intensos o reaparecen tras una mejoría inicial, puede ser necesario repetir la ministración del mismo como el caso de los broncodilatadores en el asma o la adrenalina en el caso de una reacción alérgica que comprometa la vida como la anafilaxia. La adrenalina que se administra por vía mi puede repetir cada 15-20 minutos, y los broncodilatadores cada 20-30 minutos con cámara de inhalación.

Cuando se ha administrado la primera dosis de adrenalina se debe uno desplazar al centro médico más cercano para valoración; en el camino se puede ir repitiendo si es necesario.

En el caso de los broncodilatadores para el asma, si se llega a necesitar una tercera administración con intervalos de 20-30 minutos, se debe acudir a un centro médico para valoración, pues ante la falta de mejoría puede necesitarse un tratamiento adicional hospitalario.

En cualquier caso, siempre no se mejore con el tratamiento de rescate, debe consultar con su médico, con mayor o menor urgencia según la severidad de los síntomas.

¿Qué hacer si se necesita tratamiento de rescate con frecuencia?

Hay pacientes que tras el tratamiento de rescate responden muy bien, pero que lo necesitan repetir con mucha frecuencia. Se debe administrar siempre que se necesiten, pero si esto sucede a menudo es señal de que la enfermedad no está bien controlada. Cuando ocurre esto se debe consultar con el especialista, para nueva valoración pues es posible que la enfermedad haya evolucionado y necesite nuevas pruebas diagnósticas, cambio de tratamiento o incluso recordar la forma de administrar el mismo, que ha podido ser olvidada con el tiempo.

La frecuencia de síntomas variará según el paciente, si le produce alteraciones y limitaciones en su ritmo de vida normal, debe consultar su situación previa y la actual con el especialista.

La medicación de rescate produce una mejoría evidente de los síntomas, y en ocasiones puede llegar a producir un efecto adictivo incluso de dependencia en algunas personas. El tratamiento de rescate, sin embargo, no produce beneficios a largo plazo y no debe usarse como sustituto del tratamiento preventivo. Por ello ante el consumo frecuente se debe consultar con el médico responsable del tratamiento.

¿Es compatible el tratamiento de rescate con otros tratamientos?

Sí que es compatible. El tratamiento preventivo se debe usar a diario, sin interrupciones; el tratamiento inmunoterapia se administra   con la frecuencia estipulada por el medico prescriptor que poda variar según el tipo y la indicación de la misma. Aunque un paciente esté con estos tratamientos, debe añadir el tratamiento de rescate si aparecen los síntomas, hasta que estos desaparezcan.

Asimismo, también puede usarse con otros tratamientos comunes, como antibióticos, medicamentos para la fiebre, el dolor o la inflamación. Si recibe otro tratamiento de uso más específico, consulte con su médico para informarse de la compatibilidad.

El pediatra que inicio el tratamiento de mantenimiento es el que debería modificar dicho tratamiento pues es el responsable del seguimiento de la enfermedad y debe estar enterado de la evolución de la misma. La familia y el niño solo deben modificar el tratamiento de rescate y si este se usa a diario informar al pediatra.

¿Qué diferencias hay entre el tratamiento de rescate y el preventivo?

El tratamiento preventivo se debe usar todos los días sin interrupciones; el tratamiento de rescate se usa de modo intermitente, en las temporadas que se tienen síntomas, y se retira cuando no hay síntomas.

Algunos medicamentos se usan sólo como de rescate y otros sólo como preventivos, también existen algunos medicamentos pueden usarse en los dos tipos de tratamiento. (antihistamínicos, corticoides tópicos, broncodilatadores de acción larga, …). Su especialista le indicará cuándo y en qué tipo de tratamiento debe usar cada medicamento. Si tiene dudas, pida aclaraciones e instrucciones escritas para evitar confusiones.

Resumen del tratamiento de rescate

1.-  Son tratamiento para controlar   los síntomas por ello se utilizan cuando aparecen estos y se finalizan cuando desaparecen.

2.- Los pacientes aprenden a reconocer los síntomas para poder utilizarlos en fases iniciales, y puede incluso ser vital. La adrenalina salva vidas.

3.- Estos tratamientos tienen un efecto muy rápido y evidente. Se usan durante periodos cortos de tiempo.

4.-  Sólo tienen efecto durante su administración, no produce efectos a largo plazo.

5.-El tratamiento es diferente según los síntomas que aparezcan y la gravedad del cuadro. En determinadas situaciones como la adrenalina en caso de anafilaxia, reacciona alérgica grave, y broncodilatador en la crisis de asma pueden precisar repetición.

6.-También se debe consultar cuando se necesita durante muchos días, o se necesita con mucha frecuencia.

 7.-Algunos medicamentos se usan tanto para rescate como para prevención, ello debe ser explicado por el médico responsable, asegurando se dé la correcta utilización de los mismos.