¿Qué es el tratamiento preventivo de la alergia?

El tratamiento preventivo también se conoce como tratamiento de mantenimiento, profiláctico, continuo, de base, de control, antiinflamatorio, o con otros nombres con el mismo significado.

Es el tratamiento que se utiliza cuando una persona padece síntomas de asma o de otras alergias de forma repetida o grave, para evitar la aparición de esos síntomas, o para que sean lo más leves y menos frecuentes posible. Por lo que estamos hablando de prevención terciaria
Su efecto es lento en aparecer, y habitualmente se utiliza durante periodos largos de tiempo, meses o años. El paciente nota sus efectos con lentitud (a diferencia de lo que sucede con el tratamiento de rescate, que es muy rápido), en días o semanas.

En el asma se afectan los bronquios, en la rinitis se afecta la nariz, en la urticaria se afecta la piel etc., en cada enfermedad hay un órgano del cuerpo afectado. Estos órganos sufren una inflamación continua, más o menos intensa, causada por alergia o por otros motivos. Cuando el órgano está inflamado reacciona de manera intensa frente a estímulos que no le afectan si no hay inflamación.
Los  bronquios inflamados reaccionan con una contracción ante variados estímulos desencadenantes (alérgenos ambientales, ejercicio físico, tabaco…) y esa contracción produce los síntomas de asma (opresión en el pecho, dificultad respiratoria, sibilancias…). Si los bronquios no están inflamados no reaccionan antes los mismos desencadenantes. Lo mismo ocurre con la nariz, los ojos o cualquier otro órgano del cuerpo.
El efecto fundamental del tratamiento preventivo es disminuir la inflamación para que no haya esa reacción, y así disminuyen los síntomas.

Principalmente para asma, rinitis, conjuntivitis, y dermatitis atópica. Menos frecuentemente se usa para la urticaria y edema, y menos aun para la alergia a alimentos y para otras alergias.
Se usa habitualmente todos los días durante mucho tiempo, aunque en algunos casos se puede utilizar sólo unos días, si un paciente con síntomas poco frecuentes sabe con antelación que va a estar expuesto a los alergenos o desencadenantes que le producen síntomas. El paciente comenzará el tratamiento antes de exponerse, y lo interrumpe cuando termina la situación de riesgo.

No siempre. El especialista alergólogo valora la intensidad de los síntomas, su frecuencia, su duración, la aparición de complicaciones, el estado del paciente en los periodos entre agudizaciones, la repercusión en sus actividades, la respuesta a tratamientos anteriores, la evolución previa, los datos de análisis o pruebas, etc., una serie de factores que determinan la conveniencia o no del tratamiento preventivo.
Algunos tratamientos preventivos son más eficaces que otros, pero también tienen más efectos secundarios, por lo que se valoran sus beneficios y sus riesgos. Según todos los datos el especialista recomendará el tratamiento preventivo más adecuado, si es necesario alguno, y su duración.

Se debe tomar todos los días que le indique su especialista, sin interrupciones, aunque aparentemente se esté bien. Generalmente se toma todos los días del año, pero si sólo tiene síntomas una estación del año, el especialista le indicará si puede suspenderlo fuera de esa temporada. En algunos niños que pasan el verano sin ningún síntoma, el especialista le indicará si se puede interrumpir o si debe continuar tomándolo.

Se nota en que los síntomas aparecen con menos frecuencia, son más leves y duran menos, o, idealmente, desaparecen por completo. Ello repercute en que se necesita menos tratamiento de rescate, se tienen menos complicaciones, se pueden realizar las actividades habituales dela vida diaria con más facilidad, se nota más tolerancia al ejercicio físico, se duerme mejor, se acude menos al médico, se pierden menos días de escuela o de trabajo, se nota una mejoría general, y se adquiere más confianza y autoestima.
El médico puede observar mejoría en los resultados de análisis y de otras pruebas (cutáneas, respiratorias…). A veces no se encuentra mejoría en estos resultados, pero lo verdaderamente importante es la mejoría que nota el paciente en sus síntomas.

El tratamiento preventivo tarda cierto tiempo en lograr su efecto, y puede tardar entre dos semanas y dos meses para notarlo.
Si los síntomas previos eran continuos, debe esperar al menos dos semanas para notar mejoría. Posteriormente se ha de notar que se va mejorando progresivamente. Si en dos meses no ha notado mejoría apreciable, debe consultar con su médico.
Si los síntomas previos eran intermitentes, pueden necesitarse periodos más largos para valorar si hay mejoría o no. Dependiendo de la frecuencia previa de síntomas puede necesitarse hasta 6-12 meses.
En cualquier caso, si no mejora con el tratamiento preventivo o tiene dudas, debe consultar con su médico, con mayor o menor rapidez según la severidad de los síntomas.

No; el tratamiento preventivo tiene la finalidad de disminuir la inflamación continua del órgano afectado, pero no la finalidad de hacer desaparecer los síntomas en las agudizaciones o crisis. Para esto se utiliza el llamado tratamiento de rescate o de crisis.
Es imprescindible distinguir ambos tipos de tratamiento. Si un paciente espera que el tratamiento preventivo produzca efectos inmediatos en la desaparición de los síntomas quedará defraudado, y eso puede llevar a un rechazo de la medicación.
Si un paciente necesita tratamiento preventivo, y por esta confusión lo abandona, la inflamación continua puede ir en aumento y empeorar la evolución de la enfermedad. Esto es especialmente importante en niños y adolescentes, que, como no notan un efecto instantáneo del tratamiento preventivo, dicen que “no les hace nada” y se resisten a tomarlo.

En algunas ocasiones sí. El tratamiento preventivo se debe usar todos los días de forma continua sin pausarlo; el tratamiento de rescate se usa de modo intermitente, los días que se tienen síntomas, y se retira cuando no hay síntomas.
Algunos medicamentos se usan sólo como preventivo y otros sólo como de rescate, pero algunos medicamentos pueden usarse en los dos tipos de tratamiento (antihistamínicos, corticoides tópicos, broncodilatadores de acción larga,…). Su especialista le indicará claramente cuándo y en qué tipo de tratamiento debe usar cada medicamento. Si tiene dudas, pida aclaraciones e instrucciones escritas para evitar confusiones.

Sí que es compatible, por ejemplo, el tratamiento de base con corticoides inhalados y la inmunoterapia. El tratamiento preventivo se debe usar a diario, sin interrupciones y el tratamiento con inmunoterapia se administra cada semana al inicio o cada mes cuando se llega a la dosis máxima.

Si le aparece una agudización de sus síntomas, se debe añadir el tratamiento de rescate durante los días que sea necesario. El especialista le indicará si durante ese tiempo se puede interrumpir el tratamiento preventivo, fundamentalmente porque se acumula un gran número de medicamentos. En general es mejor mantenerlo, porque al ser lento en actuar, si se interrumpe, al volver a tomarlo después, una vez superada la agudización, tardará cierto tiempo en conseguir sus efectos.
Asimismo, también puede usarse con otros tratamientos comunes, como antibióticos, medicamentos para la fiebre, el dolor o la inflamación. Si recibe otro tratamiento menos frecuente, consulte con su médico para informarse de la compatibilidad.

Se puede aplicar por vía tópica o local, o por vía general o sistémica.
La vía tópica o local se refiere a medicamentos que se ponen sólo en la zona afectada, por ejemplo  inhaladores para los síntomas de asma, sprays para la nariz, gotas en los ojos, cremas para lesiones de piel. Estos medicamentos llegan directamente a la zona  afectada.
La vía general o sistémica se refiere a medicamentos que se toman por boca, se absorben en el estómago y por la sangre llegan a todos las zonas del cuerpo, tengan síntomas o no, estén inflamadas o no. La otra vía sistémica es mediante inyecciones.

En principio no es mejor uno que otro. El tratamiento tópico es más directo y no afecta apenas a los órganos sin síntomas. El tratamiento sistémico es el único disponible para algunos medicamentos y puede tener la ventaja de que con un solo medicamento se puede tratar síntomas en distintos órganos.
Su especialista le recomendará el que le venga mejor según cuántos síntomas tenga, el tipo de síntomas, su severidad, y según cómo haya respondido a tratamientos previos.

Hasta que su especialista le diga que lo interrumpa. El asma y otras enfermedades alérgicas tienen larga duración, con fases de mejoría y de empeoramiento, por lo que se adecuará el tratamiento a esas fases. El tratamiento preventivo no se mantiene sin cambios, sino que le recomendarán más o menos medicación según los síntomas y según los resultados de análisis y pruebas.
No se debe interrumpir el tratamiento preventivo sin instrucciones de su médico . Así como la mejoría es lenta, el empeoramiento tras interrumpirlo también puede tardar en aparecer. Esta tardanza hace difícil relacionar los síntomas y el efecto del tratamiento, y algunas personas, en especial los niños, creen que la medicación no produce ningún efecto y la abandonan, con el consiguiente deterioro de su salud.

El tratamiento común a todas estas enfermedades es la evitación de los desencadenantes inespecíficos, y en caso de alergia, la evitación de los alergenos responsables. En algunos pacientes esto puede ser suficiente para evitar la aparición de síntomas, el uso de medicamentos y las visitas médicas. En otros pacientes, se necesitará un tratamiento preventivo o de mantenimiento específico para cada enfermedad.

Se usan sprays nasales de corticoides o de antihistamínicos, y en menor uso, cromonas intranasales.Por vía oral se usan los antihistamínicos y los antileucotrienos. Los antihistamínicos vía general anulan las pruebas en piel de la alergia, por lo que hay que evitarlos unos días antes (entre 3-7 días) de hacerse esas pruebas. Los antileucotrienos no alteran las pruebas de alergia.
La mayoría de los medicamentos que se usan para la rinitis pueden usarse como tratamiento de rescate y también como preventivos. Su médico le especificará cuándo ha de usar cada medicamento.

Se parece al de la rinitis. Se usan colirios de antihistamínicos y de corticoides. Si el uso de corticoides tópicos es prolongado se puede añadir algún inmunosupresor como el tracolimus. Por vía oral se pueden usar tambiénlos antihistamínicos También se debe aclarar si su médico se los recomienda como preventivos o como rescate.

Se parece al de la rinitis. Se usan colirios de antihistamínicos y de corticoides. Si el uso de corticoides tópicos es prolongado se puede añadir algún inmunosupresor como el tracolimus. Por vía oral se pueden usar también los antihistamínicos También se debe aclarar si su médico se los recomienda como preventivos o como rescate.

Se utilizan antihistamínicos por vía sistémica (oral)

Hay discrepancias en cuanto a la prevención primaria de la dermatitis atópica. Como prevención terciaria, es decir, cuando ya hay síntomas en la piel, el tratamiento consiste en normas generales de cuidado de la piel, dietas de evitación si hay alergia a algún alimento, uso de crema hidratante abundante, y a veces antihistamínicos orales, como el ketotifeno, la hidroxicina u otros, que se pueden usar también para rescate.

Solo se recomienda la evitación del alérgeno responsable. Si no se identifica, se pueden seguir las mismas normas que para la dermatitis atópica.

No existe un tratamiento preventivo para la alergia alimentaria pero cuando hay una alergia confirmada, el tratamiento se basa en la evitación del alimento responsable de la alergia. Si la alergia alimentaria produce otros síntomas, asma, rinitis, conjuntivitis, urticaria-edema o dermatitis atópica, se usará el tratamiento correspondiente a estas enfermedades.

Es la evitación del medicamento implicado y los medicamentos similares, y su sustitución por medicamentos alternativos. Si es obligado utilizar un medicamento al que se le tiene alergia, se da un tratamiento preventivo previo con antihistamínicos y corticoides vía sistémica, pero que no garantiza por completo que se eviten los síntomas. Esto se ha de hacer en un centro hospitalario.

Se recomiendan unas normas generales para evitar las picaduras. Se comentan en otra zona de esta página web.

Es la evitación del látex. Si se sabe que no va a ser posible evitarlo, puede usarse un tratamiento preventivo con antihistamínicos y corticoides sistémicos, igual que en la alergia a medicamentos. Tampoco existe garantía completa de que no aparezcan los síntomas.

Consiste en la evitación estricta del alérgeno responsable, y en tener siempredisponible la adrenalina autointyectable. En el caso de la anafilaxia, es muy importante la educación sanitaria sobre cómo y cuándo usar la adrenalina. Hay que saber usarla, y tener advertidas a las personas cercanas de la causa, los posibles síntomas, y la actitud a seguir si el paciente no puede automedicarse, por edad o por afectación del estado general.

Índice de contenidos

Índice de contenidos

¿Para qué se usa el tratamiento preventivo?

En el asma se afectan los bronquios, en la rinitis se afecta la nariz, en la urticaria se afecta la piel etc., en cada enfermedad hay un órgano del cuerpo afectado. Estos órganos sufren una inflamación continua, más o menos intensa, causada por alergia o por otros motivos. Cuando el órgano está inflamado reacciona de manera intensa frente a estímulos que no le afectan si no hay inflamación.
Los  bronquios inflamados reaccionan con una contracción ante variados estímulos desencadenantes (alérgenos ambientales, ejercicio físico, tabaco…) y esa contracción produce los síntomas de asma (opresión en el pecho, dificultad respiratoria, sibilancias…). Si los bronquios no están inflamados no reaccionan antes los mismos desencadenantes. Lo mismo ocurre con la nariz, los ojos o cualquier otro órgano del cuerpo.
El efecto fundamental del tratamiento preventivo es disminuir la inflamación para que no haya esa reacción, y así disminuyen los síntomas.

¿En qué enfermedades se utiliza el tratamiento preventivo o de mantenimiento?

Principalmente para asma, rinitis, conjuntivitis, y dermatitis atópica. Menos frecuentemente se usa para la urticaria y edema, y menos aun para la alergia a alimentos y para otras alergias.
Se usa habitualmente todos los días durante mucho tiempo, aunque en algunos casos se puede utilizar sólo unos días, si un paciente con síntomas poco frecuentes sabe con antelación que va a estar expuesto a los alergenos o desencadenantes que le producen síntomas. El paciente comenzará el tratamiento antes de exponerse, y lo interrumpe cuando termina la situación de riesgo.

¿En esas enfermedades siempre se usa tratamiento preventivo o de mantenimiento?

No siempre. El especialista alergólogo valora la intensidad de los síntomas, su frecuencia, su duración, la aparición de complicaciones, el estado del paciente en los periodos entre agudizaciones, la repercusión en sus actividades, la respuesta a tratamientos anteriores, la evolución previa, los datos de análisis o pruebas, etc., una serie de factores que determinan la conveniencia o no del tratamiento preventivo.
Algunos tratamientos preventivos son más eficaces que otros, pero también tienen más efectos secundarios, por lo que se valoran sus beneficios y sus riesgos. Según todos los datos el especialista recomendará el tratamiento preventivo más adecuado, si es necesario alguno, y su duración.

¿Cuándo debe usarse el tratamiento preventivo o de mantenimiento?

Se debe tomar todos los días que le indique su especialista, sin interrupciones, aunque aparentemente se esté bien. Generalmente se toma todos los días del año, pero si sólo tiene síntomas una estación del año, el especialista le indicará si puede suspenderlo fuera de esa temporada. En algunos niños que pasan el verano sin ningún síntoma, el especialista le indicará si se puede interrumpir o si debe continuar tomándolo.

¿Cómo se nota el efecto del tratamiento preventivo o de mantenimiento?

Se nota en que los síntomas aparecen con menos frecuencia, son más leves y duran menos, o, idealmente, desaparecen por completo. Ello repercute en que se necesita menos tratamiento de rescate, se tienen menos complicaciones, se pueden realizar las actividades habituales dela vida diaria con más facilidad, se nota más tolerancia al ejercicio físico, se duerme mejor, se acude menos al médico, se pierden menos días de escuela o de trabajo, se nota una mejoría general, y se adquiere más confianza y autoestima.
El médico puede observar mejoría en los resultados de análisis y de otras pruebas (cutáneas, respiratorias…). A veces no se encuentra mejoría en estos resultados, pero lo verdaderamente importante es la mejoría que nota el paciente en sus síntomas.

¿Qué se debe hacer si no se mejora con el tratamiento preventivo de mantenimiento?

El tratamiento preventivo tarda cierto tiempo en lograr su efecto, y puede tardar entre dos semanas y dos meses para notarlo.
Si los síntomas previos eran continuos, debe esperar al menos dos semanas para notar mejoría. Posteriormente se ha de notar que se va mejorando progresivamente. Si en dos meses no ha notado mejoría apreciable, debe consultar con su médico.
Si los síntomas previos eran intermitentes, pueden necesitarse periodos más largos para valorar si hay mejoría o no. Dependiendo de la frecuencia previa de síntomas puede necesitarse hasta 6-12 meses.
En cualquier caso, si no mejora con el tratamiento preventivo o tiene dudas, debe consultar con su médico, con mayor o menor rapidez según la severidad de los síntomas.

¿El tratamiento preventivo o de mantenimiento sirve para las agudizaciones?

No; el tratamiento preventivo tiene la finalidad de disminuir la inflamación continua del órgano afectado, pero no la finalidad de hacer desaparecer los síntomas en las agudizaciones o crisis. Para esto se utiliza el llamado tratamiento de rescate o de crisis.
Es imprescindible distinguir ambos tipos de tratamiento. Si un paciente espera que el tratamiento preventivo produzca efectos inmediatos en la desaparición de los síntomas quedará defraudado, y eso puede llevar a un rechazo de la medicación.
Si un paciente necesita tratamiento preventivo, y por esta confusión lo abandona, la inflamación continua puede ir en aumento y empeorar la evolución de la enfermedad. Esto es especialmente importante en niños y adolescentes, que, como no notan un efecto instantáneo del tratamiento preventivo, dicen que “no les hace nada” y se resisten a tomarlo.

¿Se usa el mismo medicamento como rescate y como preventivo?

En algunas ocasiones sí. El tratamiento preventivo se debe usar todos los días de forma continua sin pausarlo; el tratamiento de rescate se usa de modo intermitente, los días que se tienen síntomas, y se retira cuando no hay síntomas.
Algunos medicamentos se usan sólo como preventivo y otros sólo como de rescate, pero algunos medicamentos pueden usarse en los dos tipos de tratamiento (antihistamínicos, corticoides tópicos, broncodilatadores de acción larga,…). Su especialista le indicará claramente cuándo y en qué tipo de tratamiento debe usar cada medicamento. Si tiene dudas, pida aclaraciones e instrucciones escritas para evitar confusiones.

¿Es compatible el tratamiento preventivo o de mantenimiento con los otros tratamientos?

Sí que es compatible, por ejemplo, el tratamiento de base con corticoides inhalados y la inmunoterapia. El tratamiento preventivo se debe usar a diario, sin interrupciones y el tratamiento con inmunoterapia se administra cada semana al inicio o cada mes cuando se llega a la dosis máxima.

Si le aparece una agudización de sus síntomas, se debe añadir el tratamiento de rescate durante los días que sea necesario. El especialista le indicará si durante ese tiempo se puede interrumpir el tratamiento preventivo, fundamentalmente porque se acumula un gran número de medicamentos. En general es mejor mantenerlo, porque al ser lento en actuar, si se interrumpe, al volver a tomarlo después, una vez superada la agudización, tardará cierto tiempo en conseguir sus efectos.
Asimismo, también puede usarse con otros tratamientos comunes, como antibióticos, medicamentos para la fiebre, el dolor o la inflamación. Si recibe otro tratamiento menos frecuente, consulte con su médico para informarse de la compatibilidad.

¿Cómo se aplica el tratamiento preventivo o de mantenimiento?

Se puede aplicar por vía tópica o local, o por vía general o sistémica.
La vía tópica o local se refiere a medicamentos que se ponen sólo en la zona afectada, por ejemplo  inhaladores para los síntomas de asma, sprays para la nariz, gotas en los ojos, cremas para lesiones de piel. Estos medicamentos llegan directamente a la zona  afectada.
La vía general o sistémica se refiere a medicamentos que se toman por boca, se absorben en el estómago y por la sangre llegan a todos las zonas del cuerpo, tengan síntomas o no, estén inflamadas o no. La otra vía sistémica es mediante inyecciones.

¿Es mejor el tratamiento tópico o el general?

En principio no es mejor uno que otro. El tratamiento tópico es más directo y no afecta apenas a los órganos sin síntomas. El tratamiento sistémico es el único disponible para algunos medicamentos y puede tener la ventaja de que con un solo medicamento se puede tratar síntomas en distintos órganos.
Su especialista le recomendará el que le venga mejor según cuántos síntomas tenga, el tipo de síntomas, su severidad, y según cómo haya respondido a tratamientos previos.

¿Hasta cuándo se toma el tratamiento preventivo o de mantenimiento?

Hasta que su especialista le diga que lo interrumpa. El asma y otras enfermedades alérgicas tienen larga duración, con fases de mejoría y de empeoramiento, por lo que se adecuará el tratamiento a esas fases. El tratamiento preventivo no se mantiene sin cambios, sino que le recomendarán más o menos medicación según los síntomas y según los resultados de análisis y pruebas.
No se debe interrumpir el tratamiento preventivo sin instrucciones de su médico . Así como la mejoría es lenta, el empeoramiento tras interrumpirlo también puede tardar en aparecer. Esta tardanza hace difícil relacionar los síntomas y el efecto del tratamiento, y algunas personas, en especial los niños, creen que la medicación no produce ningún efecto y la abandonan, con el consiguiente deterioro de su salud.

¿Hay algún tratamiento preventivo común a todas las enfermedades?

El tratamiento común a todas estas enfermedades es la evitación de los desencadenantes inespecíficos, y en caso de alergia, la evitación de los alergenos responsables. En algunos pacientes esto puede ser suficiente para evitar la aparición de síntomas, el uso de medicamentos y las visitas médicas. En otros pacientes, se necesitará un tratamiento preventivo o de mantenimiento específico para cada enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento preventivo o de mantenimiento del asma?

Se usan sprays nasales de corticoides o de antihistamínicos, y en menor uso, cromonas intranasales.Por vía oral se usan los antihistamínicos y los antileucotrienos. Los antihistamínicos vía general anulan las pruebas en piel de la alergia, por lo que hay que evitarlos unos días antes (entre 3-7 días) de hacerse esas pruebas. Los antileucotrienos no alteran las pruebas de alergia.
La mayoría de los medicamentos que se usan para la rinitis pueden usarse como tratamiento de rescate y también como preventivos. Su médico le especificará cuándo ha de usar cada medicamento.

¿Cuál es el tratamiento preventivo o de mantenimiento de la rinitis?

Se parece al de la rinitis. Se usan colirios de antihistamínicos y de corticoides. Si el uso de corticoides tópicos es prolongado se puede añadir algún inmunosupresor como el tracolimus. Por vía oral se pueden usar tambiénlos antihistamínicos También se debe aclarar si su médico se los recomienda como preventivos o como rescate.

¿Cuál es el tratamiento preventivo o de mantenimiento de la conjuntivitis?

Se parece al de la rinitis. Se usan colirios de antihistamínicos y de corticoides. Si el uso de corticoides tópicos es prolongado se puede añadir algún inmunosupresor como el tracolimus. Por vía oral se pueden usar también los antihistamínicos También se debe aclarar si su médico se los recomienda como preventivos o como rescate.

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la urticaria y el edema?

Se utilizan antihistamínicos por vía sistémica (oral)

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la dermatitis atópica?

Hay discrepancias en cuanto a la prevención primaria de la dermatitis atópica. Como prevención terciaria, es decir, cuando ya hay síntomas en la piel, el tratamiento consiste en normas generales de cuidado de la piel, dietas de evitación si hay alergia a algún alimento, uso de crema hidratante abundante, y a veces antihistamínicos orales, como el ketotifeno, la hidroxicina u otros, que se pueden usar también para rescate.

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la dermatitis de contacto?

Solo se recomienda la evitación del alérgeno responsable. Si no se identifica, se pueden seguir las mismas normas que para la dermatitis atópica.

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la alergia a alimentos?

No existe un tratamiento preventivo para la alergia alimentaria pero cuando hay una alergia confirmada, el tratamiento se basa en la evitación del alimento responsable de la alergia. Si la alergia alimentaria produce otros síntomas, asma, rinitis, conjuntivitis, urticaria-edema o dermatitis atópica, se usará el tratamiento correspondiente a estas enfermedades.

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la alergia a medicamentos?

Es la evitación del medicamento implicado y los medicamentos similares, y su sustitución por medicamentos alternativos. Si es obligado utilizar un medicamento al que se le tiene alergia, se da un tratamiento preventivo previo con antihistamínicos y corticoides vía sistémica, pero que no garantiza por completo que se eviten los síntomas. Esto se ha de hacer en un centro hospitalario.

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la alergia a picaduras?

Se recomiendan unas normas generales para evitar las picaduras. Se comentan en otra zona de esta página web.

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la alergia a látex?

Es la evitación del látex. Si se sabe que no va a ser posible evitarlo, puede usarse un tratamiento preventivo con antihistamínicos y corticoides sistémicos, igual que en la alergia a medicamentos. Tampoco existe garantía completa de que no aparezcan los síntomas.

¿Cuál es el tratamiento preventivo de la anafilaxia?

Consiste en la evitación estricta del alérgeno responsable, y en tener siempredisponible la adrenalina autointyectable. En el caso de la anafilaxia, es muy importante la educación sanitaria sobre cómo y cuándo usar la adrenalina. Hay que saber usarla, y tener advertidas a las personas cercanas de la causa, los posibles síntomas, y la actitud a seguir si el paciente no puede automedicarse, por edad o por afectación del estado general.

Resumen del tratamiento preventivo

Sirve para tratar la inflamación continua de base que tienen las personas con asma y otras enfermedades alérgicas, para disminuir o evitar por completo los síntomas de su enfermedad. Se utiliza todos los días de forma continuada durante largos periodos de tiempo. Su efecto tarda en aparecer, y puede parecer falsamente que no hace efecto. Su especialista recomendará el tratamiento más adecuado para cada caso, su duración, y hará los cambios oportunos según la evolución. No se debe abandonar hasta que el médico se lo indique.
Se debe distinguir bien del tratamiento de rescate, y se debe saber qué beneficios se pueden esperar de él, para no crear falsas expectativas.