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Alergia a pólenes

Los pólenes son granos microscópicos que usan las plantas para reproducirse. Constituyen la parte masculina de la planta, que procede del estambre y debe fecundar a la parte femenina en el cáliz. Tras la fecundación se producirán frutos, perpetuándose la especie vegetal. Son causa frecuente de rinoconjuntivitis y/o asma estacionales, como consecuencia de la respuesta inflamatoria alérgica de las mucosas frente al polen durante el periodo de polinización. Especialmente durante la primavera y el inicio del verano provocan síntomas derivados de la exposición mantenida al polen y exacerbaciones durante los picos de polinización.

Aún fuera de los periodos de polinización la mucosa bronquial y nasal de los pacientes polínicos es muy sensible y reactiva frente a estímulos inespecíficos como infecciones, ejercicio físico, cambios de temperatura y humos entre otros.

El contacto tópico con el polen pueden producir urticaria y angioedema. La rama de la ciencia que estudia los pólenes se llama Palinología, mientras que la Aerobiología estudia el comportamiento del polen transportado por el aire.

Se denomina polinosis a la inflamación de las mucosas rinoconjuntival y/o bronquial como consecuencia de la respuesta inmune exagerada (alérgica) frente a los pólenes.

Los pólenes de menor peso y tamaño son aerovagantes y tienen mayor capacidad alergénica, porque son muy numerosos y el viento los transporta a decenas e incluso cientos de kilómetros de distancia. Esta forma de polinización anemófila la utilizan plantas, árboles y arbustos cuyas flores poco vistosas (gramíneas, olivo, ciprés, platanus, malezas). Se comportan como alérgenos de exterior y es prácticamente imposible evitar su contacto en los periodos de polinización.

Los pólenes que fecundan a través de insectos o pájaros proceden habitualmente de flores vistosas, y tienen escasa capacidad alergénica.

El principal factor que influye sobre polinización es el clima, que depende fundamentalmente de la región geográfica. Cada especie vegetal tiene un periodo de polinización, el cual puede presentar variaciones entre áreas geográficas en función de la climatología. Esto se refleja en los calendarios polínicos existentes para los principales pólenes alergénicos.

Aunque la primavera es la estación en la que más plantas liberan polen, algunas especies polinización durante el resto del año, lo que debe ser tenido en cuenta por médicos y pacientes. Las personas diagnosticadas de alergia estacional deben recibir educación sanitaria para ser capaces de reconocer las especies vegetales cuyo polen le produce alergia, su localización y periodo de polinización.

Las condiciones climáticas y orográficas condicionan la vegetación de las distintas áreas de un país. Algunas plantas, como las gramíneas, están repartidas por prácticamente todo el continente, mientras que otras sólo crecen en zonas donde se dan condiciones propicias para su desarrollo. Por otro lado, algunas especies, como el plátano de sombra predominan en ambiente urbano y apenas están presentes en zonas rurales.

En las zonas costeras, con temperaturas más suaves y cambios menos bruscos, la liberación de polen suele ser más prolongada y con menores picos de concentración ambiental. En las zonas de interior, con mayores contrastes de temperatura, la liberación de polen puede ser más corta, pero más intensa. Ello justifica que en las zonas costeras los síntomas por alergia a polen tiendan a ser más duraderos, pero de menor intensidad, mientras que en las zonas de interior, los síntomas son más cortos, pero más severos.

La cantidad de lluvia y/o nieve durante el otoño y el invierno influye en la cantidad de polen generada por cada planta o árbol, pues una mayor cantidad de agua subterránea hace que se desarrollen más y produzcan más polen, pronosticándose que durante la siguiente primavera habrá más polen ambiental y que las personas alérgicas presentarán más síntomas. Por el contrario, en periodos de sequía la cantidad de polen durante la primavera es menor.

Durante la estación polínica, los días lluviosos disminuye la concentración de pólenes en el aire, la cual aumenta los días secos y soleados, y especialmente antes de producirse tormentas.

El viento es capaz de transportar la masa de polen suspendida en el aire incluso hasta cientos de kilómetros de distancia. Cuando el viento procede del mar hay menos polen ambiental que cuando sopla desde zonas del interior.

Existen estaciones centinela distribuidas por todo el país, que disponen de captadores con mecanismo de succión (método Hirst) que atrapan las partículas aerovagantes, incluyendo pólenes y esporas de hongos entre otras. Los pólenes recogidos se identifican y contabilizan semanalmente, lo que facilita que la persona alérgica tenga información tanto de su lugar de residencia como de otras provincias. Todo paciente polínico debería conocer el periodo de polinización, la concentración de ambiental y medidas de evitación para cada polen dentro del plan de acción establecido con su médico.

Esta información se encuentra disponible en Internet, pudiendo consultar entre otras la página web de la Red de Aerobiología, Universidad de Córdoba (www.uco.es/rea). También existen aplicaciones para teléfonos móviles con esta función (alerta polen, pollen check, polenes.com, polen control).

Los recuentos de polen son muy fiables a nivel local, pues representan la situación de áreas geográficas concretas. El tipo y cantidad de polen depende de la distancia del captador a la vegetación que libera el polen y de la dirección del viento.

Puede ocurrir que su área de residencia exista un tipo concreto de polen cuya concentración local sea alta pero no aparezca en los datos del captador debido a que éste se encuentra lejos. Se podría decir entonces que los niveles de polen de los recuentos “son todos los que están (en el captador), pero no están (en el captador) todos los que son”.

Es una representación gráfica que muestra las semanas que dura la polinización de las especies vegetales más alergénicas. Porporciona una información general sobre las fechas en que es de esperar que haya polen, pero no datos específicos sobre el año en curso, ya que estos datos dependen de los factores referidos. Existen calendarios polínicos para países enteros, regiones o ciudades concretas.

Como el viento transporta pólenes a decenas de kilómetros de distancia, no podemos saber cuál es el origen del polen que respiramos en un momento determinado. Las partículas procedentes de la combustión del diesel aglutinan granos de polen, que permanecen durante más tiempo y en mayores concentraciones flotando en el aire, por lo que se precisa menor concentración alergénica para producir los mismos efectos inflamatorios. Ello justifica que el polen sea más alergénico en las ciudades que en las áreas rurales.

Aunque no es una clasificación botánica académica, desde el punto de vista de la alergia distinguimos tres clases principales de especies vegetales: árboles, gramíneas, y arbustos o malezas. Dependiendo de la zona donde viva tendrán más importancia unas u otras.

Es recomendable buscar imágenes para identificar la planta que cause alergia, y conocer su calendario de polinización.

Destacan el olivo, ciprés y el plátano plátano de sombra (no confundir con el banano o plátano comestible). En España es mucho menos frecuente la alergia a polen de abedul, robles (encinas), fresno y aligustre (pueden tener reacción cruzada con el olivo), pino o palmera entre otros.

Las gramíneas pueden ser silvestres o cereales cultivados (trigo, centeno, arroz, maíz, cebada, avena). La alergia al polen de la planta no quiere decir alergia a la harina de estos cereales, por lo que se pueden comer con normalidad.

Las gramíneas silvestres son las hierbas presentes en prados, parques, solares, cunetas o césped. Las gramíneas suelen tener reactividad cruzada, ello quiere decir que si un paciente muestra sensibilización (prueba positiva) a una de ellas, se asume que está sensibilizado a todas ellas (o casi todas). Las más frecuentes en nuestro país son: espiguilla (Poa annua o Poa pratensis), ballico (Lolium perenne), hierba timotea (Phleum pratense) y la grama (Cynodon dactylon). Esta última muestra menos reactividad cruzada con las anteriores.

Los arbustos y malezas con capacidad de producir alergia incluyen entre otros la parietaria, la salsola, srtemisia, chenopodium y plantago.

Igual que con otras sustancias ambientales, si un alérgico respira gran cantidad del polen al que está sensibilizado, puede tener una crisis de asma o síntomas agudos e intensos de rinoconjuntivitis. Cuando se respiran cantidades repetidas de pólenes, estos producen inflamación en la mucosa bronquial y naso-ocular. Bajo estas condiciones los bronquios son más sensibles a otros estímulos como infecciones respiratorias, otros alérgenos, ejercicio, aire frío, tabaco, contaminación, etc.

Cuando los síntomas de asma, rinitis, conjuntivitis y/o urticaria aparecen sólo en primavera es fácil de sospechar que sea por alergia a pólenes. En la práctica real, el diagnóstico se complica, pues existen pacientes que están polisensibilizados (muestran respuesta frente a ácaros, hongos y/o epitelios además de frente a pólenes), lo que puede hacer que no sepamos achacar a un alérgeno concreto los síntomas presentes en un momento dado.

La mayoría de las personas necesitan haber pasado varias estaciones polínicas para sensibilizarse a pólenes. Por eso, en niños menores de 3-4 años, detectar una alergia a polen es difícil. Una vez comienza la sensibilización a uno de los alérgenos del polen, el perfil de sensibilización se hace cada vez más complejo con la exposición reiterada.

Los síntomas de rinoconjuntivitis (prurito nasal, ocular, faríngeo, en el paladar, lagrimeo, estornudos, secreción nasal, obstrucción nasal, que suele ser muy molesta) y asma (tos, sibilancias, ahogo, opresión torácica) pueden deberse a exposición a alérgenos de ambientales de exterior (pólenes, hongos), que ocurren en estaciones concretas del año (primavera, días previos a lluvia), o por exposición alérgenos de interior (ácaros, epitelio de animales) que suelen ser perennes.

El primer escalón de asistencia sanitaria para un niño con rinoconjuntivitis y/o asma estacional, es el pediatra de atención primaria. Él es quien va a confirmar el diagnóstico de sospecha mediante la realización de una historia clínica detallada, y dependiendo de la cartera de servicios de cada área sanitaria va a indicar alguna prueba diagnóstica y/o un tratamiento inicial. Los casos que no responden a tratamiento médico, los que puedan beneficiarse de inmunoterapia o los más graves serán derivados a una unidad especializada de alergia pediátrica.

Como el resto de alergias, pueden realizarse estudios in vivo (prick test) o análisis de sangre y pruebas de provocación.

Dado que los especialistas conocen cuáles son los pólenes más frecuentes en su entorno, cada Unidad de alergia pediátrica individualiza su batería diagnóstica de alérgenos en función del área geográfica de influencia. No obstante, si el paciente o su familia sospechan de alguna planta concreta, deben indicárselo al especialista.

Los síntomas de asma, rinitis, conjuntivitis o urticaria pueden deberse a alergia a otras sustancias, como ácaros, hongos o alimentos, o bien deberse a causas no alérgicas.

En los pacientes que existe una alta sospecha de alergia a polen pese a no identificar una sensibilización concreta (pruebas negativas en piel y analítica sanguínea) puede repetirse el estudio durante épocas de polinización. Pueden ocurrir que el polen que se sospeche no esté disponible para pruebas diagnósticas.

Las medidas para evitar los pólenes son limitadas, ya que este se flotando en el aire que respiramos.

El paciente debe conocer a qué plantas se tiene alergia y conocer su época de polinización, así como evitar en lo posible la exposición ambiental en su periodo de polinización. En la época de polinización se debe prestar atención a la aparición de los primeros síntomas, iniciando con antelación suficiente el tratamiento preventivo indicado por el especialista en el plan de actuación personalizado.

Viajando en coche es mejor llevar las ventanillas cerradas, con los filtros anti-polen revisados. Las gafas de sol evitan el choque directo del polen contra los ojos, y además puede utilizarse una mascarilla que filtre el polen. Para más información pinchar aquí.

En el interior de las casas en la época de polinización se han de ventilar las habitaciones media hora por la mañana temprano, y después cerrar las ventanas, sobre todo por la noche.

Algunas verduras y frutas pueden tener granos de polen adheridos, por lo que es conveniente lavarlas y pelarlas antes de consumirlas. La miel, la jalea real y productos obtenidos de las abejas pueden tener polen. Observe si presenta alguna molestia al tomar estos productos. Algunos pacientes muestran el síndrome frutas-polen, debido a que muestran alergia a un componente que es común en ambos. Son ejemplos de ello la alergia a polen de abedul con alergia a manzana, melocotón, otras frutas rosáceas, zanahoria y avellana, o la alergia a polen de artemisia con alergia a apio, zanahoria y especias.

Los responsables de alergias cruzadas entre pólenes y vegetales son los denominados panalérgenos, proteínas que han conservado su estructura durante la evolución filogenética con una alta homología entre distintas especies. Ello les hace estar presentes tanto pólenes como en frutas y verduras. Los panalérgenos más importantes responsables de reacciones cruzadas son:

  • entre pólenes: la profilina y la polcalcina,
  • entre pólenes y alimentos vegetales: la profilina, la proteína transportadora de lípidos (LTP) y las proteínas de defensa (PRP-10) del abedul (manzana y avellana).

Algunas personas se plantean si se deben eliminar de su barrio o jardín alguna planta o árbol cuyo polen les produce alergia. Debe tenerse en cuenta que aunque se eliminasen el o los ejemplares más cercanos a su vivienda, el polen responsable sigue estando en el ambiente, procedente incluso desde kilómetros de distancia, por lo que lo más probable es que notasen mejoría.

En casos concretos, por ejemplo porque los síntomas sean muy graves, o porque el periodo de polinización es corto se puede considerar la conveniencia de un cambio transitorio a zonas donde los niveles de polen sean bajos o inexistentes (zonas costeras o de alta montaña). En el caso de alergia a gramíneas, están tan extendidas que esta medida es inviable. En todo caso, se debe valorar la intensidad de los síntomas y la respuesta a otros tratamientos.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando un alérgico se desplaza puede adquirir nuevas sensibilizaciones a alérgenos que son frecuentes en las áreas de destino.

Además de las normas para evitar pólenes, las personas con alergia deben disponer de un plan de actuación escrito que incluya el tratamiento preventivo, el cual debe administrarse a diario, y el tratamiento sintomático o de rescate (que debe tomarse cuando aparezcan síntomas).

Además, los polínicos deben conocer que el único tratamiento etiológico (dirigido a la causa) que es capaz de modificar el curso de la enfermedad es la inmunoterapia o vacunas de la alergia. El especialista recomendará el tratamiento individual más adecuado. Se dan más detalles sobre estos tipos de tratamiento en otra zona de esta web.

Índice de contenidos

Índice de contenidos

¿Qué son los pólenes?

Los pólenes son granos microscópicos que usan las plantas para reproducirse. Constituyen la parte masculina de la planta, que procede del estambre y debe fecundar a la parte femenina en el cáliz. Tras la fecundación se producirán frutos, perpetuándose la especie vegetal. Son causa frecuente de rinoconjuntivitis y/o asma estacionales, como consecuencia de la respuesta inflamatoria alérgica de las mucosas frente al polen durante el periodo de polinización. Especialmente durante la primavera y el inicio del verano provocan síntomas derivados de la exposición mantenida al polen y exacerbaciones durante los picos de polinización.

Aún fuera de los periodos de polinización la mucosa bronquial y nasal de los pacientes polínicos es muy sensible y reactiva frente a estímulos inespecíficos como infecciones, ejercicio físico, cambios de temperatura y humos entre otros.

El contacto tópico con el polen pueden producir urticaria y angioedema. La rama de la ciencia que estudia los pólenes se llama Palinología, mientras que la Aerobiología estudia el comportamiento del polen transportado por el aire.

¿Cómo influyen los pólenes en la alergia?

Se denomina polinosis a la inflamación de las mucosas rinoconjuntival y/o bronquial como consecuencia de la respuesta inmune exagerada (alérgica) frente a los pólenes.

Los pólenes de menor peso y tamaño son aerovagantes y tienen mayor capacidad alergénica, porque son muy numerosos y el viento los transporta a decenas e incluso cientos de kilómetros de distancia. Esta forma de polinización anemófila la utilizan plantas, árboles y arbustos cuyas flores poco vistosas (gramíneas, olivo, ciprés, platanus, malezas). Se comportan como alérgenos de exterior y es prácticamente imposible evitar su contacto en los periodos de polinización.

Los pólenes que fecundan a través de insectos o pájaros proceden habitualmente de flores vistosas, y tienen escasa capacidad alergénica.

¿En qué época del año hay pólenes?

El principal factor que influye sobre polinización es el clima, que depende fundamentalmente de la región geográfica. Cada especie vegetal tiene un periodo de polinización, el cual puede presentar variaciones entre áreas geográficas en función de la climatología. Esto se refleja en los calendarios polínicos existentes para los principales pólenes alergénicos.

Aunque la primavera es la estación en la que más plantas liberan polen, algunas especies polinización durante el resto del año, lo que debe ser tenido en cuenta por médicos y pacientes. Las personas diagnosticadas de alergia estacional deben recibir educación sanitaria para ser capaces de reconocer las especies vegetales cuyo polen le produce alergia, su localización y periodo de polinización.

¿Cómo influye la región geográfica y el clima en los pólenes?

Las condiciones climáticas y orográficas condicionan la vegetación de las distintas áreas de un país. Algunas plantas, como las gramíneas, están repartidas por prácticamente todo el continente, mientras que otras sólo crecen en zonas donde se dan condiciones propicias para su desarrollo. Por otro lado, algunas especies, como el plátano de sombra predominan en ambiente urbano y apenas están presentes en zonas rurales.

En las zonas costeras, con temperaturas más suaves y cambios menos bruscos, la liberación de polen suele ser más prolongada y con menores picos de concentración ambiental. En las zonas de interior, con mayores contrastes de temperatura, la liberación de polen puede ser más corta, pero más intensa. Ello justifica que en las zonas costeras los síntomas por alergia a polen tiendan a ser más duraderos, pero de menor intensidad, mientras que en las zonas de interior, los síntomas son más cortos, pero más severos.

La cantidad de lluvia y/o nieve durante el otoño y el invierno influye en la cantidad de polen generada por cada planta o árbol, pues una mayor cantidad de agua subterránea hace que se desarrollen más y produzcan más polen, pronosticándose que durante la siguiente primavera habrá más polen ambiental y que las personas alérgicas presentarán más síntomas. Por el contrario, en periodos de sequía la cantidad de polen durante la primavera es menor.

Durante la estación polínica, los días lluviosos disminuye la concentración de pólenes en el aire, la cual aumenta los días secos y soleados, y especialmente antes de producirse tormentas.

¿Cómo influye el viento en los pólenes?

El viento es capaz de transportar la masa de polen suspendida en el aire incluso hasta cientos de kilómetros de distancia. Cuando el viento procede del mar hay menos polen ambiental que cuando sopla desde zonas del interior.

¿Cómo se sabe cuánto polen hay en el ambiente?

Existen estaciones centinela distribuidas por todo el país, que disponen de captadores con mecanismo de succión (método Hirst) que atrapan las partículas aerovagantes, incluyendo pólenes y esporas de hongos entre otras. Los pólenes recogidos se identifican y contabilizan semanalmente, lo que facilita que la persona alérgica tenga información tanto de su lugar de residencia como de otras provincias. Todo paciente polínico debería conocer el periodo de polinización, la concentración de ambiental y medidas de evitación para cada polen dentro del plan de acción establecido con su médico.

Esta información se encuentra disponible en Internet, pudiendo consultar entre otras la página web de la Red de Aerobiología, Universidad de Córdoba (www.uco.es/rea). También existen aplicaciones para teléfonos móviles con esta función (alerta polen, pollen check, polenes.com, polen control).

¿Los recuentos de polen son fiables?

Los recuentos de polen son muy fiables a nivel local, pues representan la situación de áreas geográficas concretas. El tipo y cantidad de polen depende de la distancia del captador a la vegetación que libera el polen y de la dirección del viento.

Puede ocurrir que su área de residencia exista un tipo concreto de polen cuya concentración local sea alta pero no aparezca en los datos del captador debido a que éste se encuentra lejos. Se podría decir entonces que los niveles de polen de los recuentos “son todos los que están (en el captador), pero no están (en el captador) todos los que son”.

¿Qué es un calendario polínico?

Es una representación gráfica que muestra las semanas que dura la polinización de las especies vegetales más alergénicas. Porporciona una información general sobre las fechas en que es de esperar que haya polen, pero no datos específicos sobre el año en curso, ya que estos datos dependen de los factores referidos. Existen calendarios polínicos para países enteros, regiones o ciudades concretas.

¿Es diferente el polen en las ciudades y en el campo?

Como el viento transporta pólenes a decenas de kilómetros de distancia, no podemos saber cuál es el origen del polen que respiramos en un momento determinado. Las partículas procedentes de la combustión del diesel aglutinan granos de polen, que permanecen durante más tiempo y en mayores concentraciones flotando en el aire, por lo que se precisa menor concentración alergénica para producir los mismos efectos inflamatorios. Ello justifica que el polen sea más alergénico en las ciudades que en las áreas rurales.

¿Qué pólenes son los que causan alergia más frecuentemente?

Aunque no es una clasificación botánica académica, desde el punto de vista de la alergia distinguimos tres clases principales de especies vegetales: árboles, gramíneas, y arbustos o malezas. Dependiendo de la zona donde viva tendrán más importancia unas u otras.

Es recomendable buscar imágenes para identificar la planta que cause alergia, y conocer su calendario de polinización.

¿Qué árboles producen alergia?

Destacan el olivo, ciprés y el plátano plátano de sombra (no confundir con el banano o plátano comestible). En España es mucho menos frecuente la alergia a polen de abedul, robles (encinas), fresno y aligustre (pueden tener reacción cruzada con el olivo), pino o palmera entre otros.

¿Qué gramíneas producen alergia?

Las gramíneas pueden ser silvestres o cereales cultivados (trigo, centeno, arroz, maíz, cebada, avena). La alergia al polen de la planta no quiere decir alergia a la harina de estos cereales, por lo que se pueden comer con normalidad.

Las gramíneas silvestres son las hierbas presentes en prados, parques, solares, cunetas o césped. Las gramíneas suelen tener reactividad cruzada, ello quiere decir que si un paciente muestra sensibilización (prueba positiva) a una de ellas, se asume que está sensibilizado a todas ellas (o casi todas). Las más frecuentes en nuestro país son: espiguilla (Poa annua o Poa pratensis), ballico (Lolium perenne), hierba timotea (Phleum pratense) y la grama (Cynodon dactylon). Esta última muestra menos reactividad cruzada con las anteriores.

¿Qué arbustos producen alergia?

Los arbustos y malezas con capacidad de producir alergia incluyen entre otros la parietaria, la salsola, srtemisia, chenopodium y plantago.

¿Cómo producen alergia los pólenes?

Igual que con otras sustancias ambientales, si un alérgico respira gran cantidad del polen al que está sensibilizado, puede tener una crisis de asma o síntomas agudos e intensos de rinoconjuntivitis. Cuando se respiran cantidades repetidas de pólenes, estos producen inflamación en la mucosa bronquial y naso-ocular. Bajo estas condiciones los bronquios son más sensibles a otros estímulos como infecciones respiratorias, otros alérgenos, ejercicio, aire frío, tabaco, contaminación, etc.

¿Cuándo se sospecha la alergia a pólenes?

Cuando los síntomas de asma, rinitis, conjuntivitis y/o urticaria aparecen sólo en primavera es fácil de sospechar que sea por alergia a pólenes. En la práctica real, el diagnóstico se complica, pues existen pacientes que están polisensibilizados (muestran respuesta frente a ácaros, hongos y/o epitelios además de frente a pólenes), lo que puede hacer que no sepamos achacar a un alérgeno concreto los síntomas presentes en un momento dado.

La mayoría de las personas necesitan haber pasado varias estaciones polínicas para sensibilizarse a pólenes. Por eso, en niños menores de 3-4 años, detectar una alergia a polen es difícil. Una vez comienza la sensibilización a uno de los alérgenos del polen, el perfil de sensibilización se hace cada vez más complejo con la exposición reiterada.

¿Cómo se estudia la alergia a polen?

Los síntomas de rinoconjuntivitis (prurito nasal, ocular, faríngeo, en el paladar, lagrimeo, estornudos, secreción nasal, obstrucción nasal, que suele ser muy molesta) y asma (tos, sibilancias, ahogo, opresión torácica) pueden deberse a exposición a alérgenos de ambientales de exterior (pólenes, hongos), que ocurren en estaciones concretas del año (primavera, días previos a lluvia), o por exposición alérgenos de interior (ácaros, epitelio de animales) que suelen ser perennes.

El primer escalón de asistencia sanitaria para un niño con rinoconjuntivitis y/o asma estacional, es el pediatra de atención primaria. Él es quien va a confirmar el diagnóstico de sospecha mediante la realización de una historia clínica detallada, y dependiendo de la cartera de servicios de cada área sanitaria va a indicar alguna prueba diagnóstica y/o un tratamiento inicial. Los casos que no responden a tratamiento médico, los que puedan beneficiarse de inmunoterapia o los más graves serán derivados a una unidad especializada de alergia pediátrica.

Como el resto de alergias, pueden realizarse estudios in vivo (prick test) o análisis de sangre y pruebas de provocación.

¿Qué pólenes se estudian cuando hay sospecha?

Dado que los especialistas conocen cuáles son los pólenes más frecuentes en su entorno, cada Unidad de alergia pediátrica individualiza su batería diagnóstica de alérgenos en función del área geográfica de influencia. No obstante, si el paciente o su familia sospechan de alguna planta concreta, deben indicárselo al especialista.

¿A qué se deben los síntomas si no se tiene alergia a pólenes?

Los síntomas de asma, rinitis, conjuntivitis o urticaria pueden deberse a alergia a otras sustancias, como ácaros, hongos o alimentos, o bien deberse a causas no alérgicas.

En los pacientes que existe una alta sospecha de alergia a polen pese a no identificar una sensibilización concreta (pruebas negativas en piel y analítica sanguínea) puede repetirse el estudio durante épocas de polinización. Pueden ocurrir que el polen que se sospeche no esté disponible para pruebas diagnósticas.

¿Qué se puede hacer para evitar los pólenes?

Las medidas para evitar los pólenes son limitadas, ya que este se flotando en el aire que respiramos.

El paciente debe conocer a qué plantas se tiene alergia y conocer su época de polinización, así como evitar en lo posible la exposición ambiental en su periodo de polinización. En la época de polinización se debe prestar atención a la aparición de los primeros síntomas, iniciando con antelación suficiente el tratamiento preventivo indicado por el especialista en el plan de actuación personalizado.

Viajando en coche es mejor llevar las ventanillas cerradas, con los filtros anti-polen revisados. Las gafas de sol evitan el choque directo del polen contra los ojos, y además puede utilizarse una mascarilla que filtre el polen. Para más información pinchar aquí.

En el interior de las casas en la época de polinización se han de ventilar las habitaciones media hora por la mañana temprano, y después cerrar las ventanas, sobre todo por la noche.

¿Se ha de tener alguna precaución con la alimentación? ¿Qué relación tienen la alergia a polen y a alimentos?

Algunas verduras y frutas pueden tener granos de polen adheridos, por lo que es conveniente lavarlas y pelarlas antes de consumirlas. La miel, la jalea real y productos obtenidos de las abejas pueden tener polen. Observe si presenta alguna molestia al tomar estos productos. Algunos pacientes muestran el síndrome frutas-polen, debido a que muestran alergia a un componente que es común en ambos. Son ejemplos de ello la alergia a polen de abedul con alergia a manzana, melocotón, otras frutas rosáceas, zanahoria y avellana, o la alergia a polen de artemisia con alergia a apio, zanahoria y especias.

Los responsables de alergias cruzadas entre pólenes y vegetales son los denominados panalérgenos, proteínas que han conservado su estructura durante la evolución filogenética con una alta homología entre distintas especies. Ello les hace estar presentes tanto pólenes como en frutas y verduras. Los panalérgenos más importantes responsables de reacciones cruzadas son:

  • entre pólenes: la profilina y la polcalcina,
  • entre pólenes y alimentos vegetales: la profilina, la proteína transportadora de lípidos (LTP) y las proteínas de defensa (PRP-10) del abedul (manzana y avellana).

¿Se deben eliminar las plantas cuyo polen causa alergia?

Algunas personas se plantean si se deben eliminar de su barrio o jardín alguna planta o árbol cuyo polen les produce alergia. Debe tenerse en cuenta que aunque se eliminasen el o los ejemplares más cercanos a su vivienda, el polen responsable sigue estando en el ambiente, procedente incluso desde kilómetros de distancia, por lo que lo más probable es que notasen mejoría.

¿Es conveniente cambiar de residencia por la alergia a polen?

En casos concretos, por ejemplo porque los síntomas sean muy graves, o porque el periodo de polinización es corto se puede considerar la conveniencia de un cambio transitorio a zonas donde los niveles de polen sean bajos o inexistentes (zonas costeras o de alta montaña). En el caso de alergia a gramíneas, están tan extendidas que esta medida es inviable. En todo caso, se debe valorar la intensidad de los síntomas y la respuesta a otros tratamientos.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando un alérgico se desplaza puede adquirir nuevas sensibilizaciones a alérgenos que son frecuentes en las áreas de destino.

¿Qué se hace si no se mejora con las normas para evitar polen?

Además de las normas para evitar pólenes, las personas con alergia deben disponer de un plan de actuación escrito que incluya el tratamiento preventivo, el cual debe administrarse a diario, y el tratamiento sintomático o de rescate (que debe tomarse cuando aparezcan síntomas).

Además, los polínicos deben conocer que el único tratamiento etiológico (dirigido a la causa) que es capaz de modificar el curso de la enfermedad es la inmunoterapia o vacunas de la alergia. El especialista recomendará el tratamiento individual más adecuado. Se dan más detalles sobre estos tipos de tratamiento en otra zona de esta web.

Resumen de la alergia a pólenes

Hay numerosas plantas cuyo polen puede causar asma, rinitis, conjuntivitis y urticaria. La alergia a polen es más frecuente en primavera, pero no exclusivamente, pues hay distintos pólenes en el aire casi todos los meses del año. El tipo y la cantidad de polen dependen del área geográfica y del clima, y puede desplazarse por el viento a muchos kilómetros de distancia. La persona con alergia a polen debe saber a reconocer qué planta le causa alergia y su época de polinización.

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