Conjuntivitis alérgica

La conjuntivitis alérgica es una enfermedad en la cual existe una inflamación crónica de las mucosas del ojo, está causada por alergia a sustancias presentes en el ambiente, como los ácaros, los pólenes, los mohos o los epitelios de animales. También puede producirse como síntoma de una alergia a alimentos. La conjuntivitis alérgica es a los ojos lo mismo que el asma a los bronquios, o la rinitis a la nariz. La conjuntivitis a menudo se acompaña de rinitis (inflamación de la mucosa de la nariz), de modo que frecuentemente se habla de rinoconjuntivitis. 

Los síntomas de la conjuntivitis son similares a los que la rinitis alérgica produce en la nariz. En la rinitis se produce goteo nasal, en la conjuntivitis lagrimeo. Igual que la nariz pica en la rinitis, los ojos pican en la conjuntivitis. El picor hace que el paciente se frote los ojos con el dedo, con el puño, a veces por debajo de las gafas. El picor también hace que el paciente parpadee frecuentemente, o que guiñe los ojos, todo esto de manera refleja, involuntaria, sin darse cuenta, y a veces no lo sabe reconocer aunque se le pregunte. A menudo se confunden estos síntomas de conjuntivitis con tics nerviosos, y los niños pueden ser enviados al neurólogo. En los niños es muchísimo más frecuente que esos síntomas sean debidos a alergia que a un verdadero tic, por lo que hay que saber reconocer los síntomas para evitar tratamientos innecesarios e ineficaces. También se pueden confundir esos síntomas con síntomas de defecto de la capacidad visual. Los oculistas a menudo ven a niños con esos síntomas, y tras comprobar que la agudeza visual es normal, envían al paciente para un estudio de alergia. En lugar de picor a veces se nota una sensación de tener arenilla en el ojo, ya que el párpado se inflama por dentro y produce roce contra el ojo.

Igual que la nariz se congestiona en la rinitis, los ojos también se congestionan en la conjuntivitis. Esa congestión se manifiesta como enrojecimiento, con las venas dilatadas en el blanco del ojo. La congestión también puede provocar inflamación de los párpados.

Se puede producir una molestia muy intensa por la luz, que se llega a hacer insoportable; esto es lo que se llama fotofobia.

Pueden aparecer legañas en la conjuntivitis alérgica, pero suele ser en pequeña cantidad, como hilos finos. Las legañas más abundantes, gruesas amarillentas, que pegan el ojo suelen deberse a alguna infección o sobreinfección del ojo.

No, esos síntomas no son exclusivos de la conjuntivitis alérgica, sino que aparecen en cualquier tipo de conjuntivitis. Pueden aparecer en resfriados o catarros normales, y en conjuntivitis de causa no alérgica. Hay otras conjuntivitis, infecciosas, irritativas, vernales, y conjuntivitis de causa desconocida, que causan síntomas parecidos o incluso idénticos.

Existe muchísima variedad. A veces predominan el enrojecimiento, a veces el lagrimeo, a veces los picores. Unas personas tienen todos los síntomas, otras personas uno solo de ellos. Los síntomas pueden ser muy severos y molestos, y otras veces casi imperceptibles. Pueden durar desde minutos a varios meses seguidos, y pueden aparecer en una sola estación del año o estar presentes todos los meses del año.

Los síntomas varían de ser mínimos, que pasan desapercibidos, hasta llegar a ser muy molestos. Puede llegar a producir picores intensos de ojos, lagrimeo continuo y enrojecimiento intenso, con dolores de cabeza, falta de concentración, imposibilidad de soportar la luz, etc; en definitiva hace que algunos pacientes tengan una calidad de vida muy reducida, y hay épocas en las que sólo viven pendientes de sus ojos.

La severidad de los síntomas puede variar en un mismo paciente de unas ocasiones a otras, por lo que se debe aprender a reconocer los primeros síntomas y empezar el tratamiento de rescate de manera precoz, sin esperas.

Ocurre de manera similar al asma y a otras enfermedades alérgicas. El contacto del paciente con el alérgeno (sustancia que le causa alergia) provoca una inflamación crónica de las capas del ojo. Esa inflamación hace que el ojo tenga una hiperreactividad ocular, es decir que reaccione de manera excesiva frente a una serie de desencadenantes. La reacción consiste en la aparición de los síntomas típicos.

Como desencadenantes actúan los propios alergenos y otros factores como infecciones por virus, viento, humos, polvo, la luz, contacto con agua, el estar nervioso, alimentos ácidos o picantes, etc.

Los alergenos pueden actuar como causantes de inflamación crónica y como desencadenantes de agudizaciones de síntomas. Los otros desencadenantes no causan inflamación crónica, sino que actúan sobre los ojos ya previamente inflamados; si no existe esa inflamación previa no causan síntomas.

Se sospecha cuando se presentan los síntomas de manera muy seguida o muy repetida. En los niños pequeños, menores de 4-5 años, coincidiendo con catarros por virus se pueden presentar esos síntomas. Cuando los síntomas son muy repetidos o aparecen aislados, sin otros síntomas de infección en vías respiratorias, es más sospechoso que sean debidos a alguna alergia.

Los niños mayores de esa edad no suelen padecer tantos catarros, y es más probable que los síntomas sean debidos a alergia.

La conjuntivitis se diagnostica por los síntomas que presenta el paciente. Se puede hacer (muy raramente) algún análisis de las lágrimas. Así se realiza el diagnóstico de conjuntivitis, conjuntivitis a secas. Para ponerle el “apellido” alérgica se ha de demostrar que el paciente tiene alguna alergia, con pruebas en piel o análisis de sangre, y que esa alergia es la responsable de los síntomas. A veces basta con observar cuándo y cómo aparecen los síntomas y otras veces puede ser necesaria una prueba de provocación.

Se dan más detalles sobre esas pruebas en el apartado “Estudio de la alergia”, en otra zona de esta página web.

Las personas con síntomas severos deben estudiarse sin ninguna duda. Si se tienen síntomas frecuentes, intensos, duraderos, limitantes, que disminuyen la calidad de vida, con mala respuesta al tratamiento, con mala evolución, con complicaciones, etc, se debe hacer una valoración completa de la conjuntivitis sin demora.

Las personas con síntomas muy leves, muy aislados, con recuperación completa, sin repercusión en su ritmo de vida pueden esperar a ver cómo va evolucionando su conjuntivitis de manera espontánea.

Las personas con síntomas intermedios deben comentar con su médico la conveniencia de realizar ese estudio o bien de esperar, para tomar conjuntamente una decisión. En caso de duda es recomendable hacer el estudio.

Ante una consulta por sospecha de conjuntivitis, el especialista valora tres aspectos: el qué, el cómo, y el porqué.

El qué se refiere a si los síntomas son en efecto debido a una conjuntivitis simple, o si puede tratarse de un síntoma de otra enfermedad más generalizada o si hay complicaciones. En cada paciente, de manera individual, se realiza el llamado diagnóstico diferencial, que consiste en descartar otras enfermedades que pudieran llevar a confusión. Para ello se realizan análisis y pruebas, variables individualmente, según lo claros y típicos que sean los síntomas.

El cómo se refiere a la gravedad de los síntomas: se valoran muchos aspectos, como frecuencia de los síntomas, su duración, su intensidad, la respuesta a los tratamientos, la repercusión en la vida diaria, pérdida de días de colegio o de trabajo, evolución a lo largo del tiempo, etc.

El porqué se refiere a identificar a los causantes y a los desencadenantes de esa conjuntivitis.

Se dan más detalles sobre las distintas pruebas y análisis en el apartado “Estudio de la alergia”, en otra zona de esta página web.

La conjuntivitis alérgica puede estar causada por fundamentalmente por sustancias ambientales, los alergenos inhalantes. También puede aparecer por sustancias tomadas por boca, alimentos o medicamentos, o por sustancias que atraviesan la piel, medicamentos inyectados o picaduras de abeja o de avispa. En el caso de alergenos no inhalantes la conjuntivitis suele ser un síntoma que acompaña a otros como el asma, o forma parte de una reacción anafiláctica.

Se dan más detalles sobre los alergenos en el apartado “Alergia y alergenos”, en otra zona de esta página web.

Como la causa más frecuente de conjuntivitis crónica es la alergia, se suele estudiar en primer lugar si existe alguna alergia. Si no aparece, se diagnostica de conjuntivitis no alérgica por exclusión, es decir, porque el estudio alergológico ha sido negativo, ha sido normal. Existen otros tipos de conjuntivitis, no alérgicas, y para diagnosticar cada una de ellas se necesitan valorar todos los síntomas y realizar algunas analíticas o pruebas especiales de cada tipo.

La conjuntivitis alérgica más típica es la causada por pólenes, que aparece durante la primavera o verano, y desaparece las otras estaciones. Hay un tipo de conjuntivitis, llamada conjuntivitis vernal, que es idéntica a la conjuntivitis por polen: aparece con los mismos síntomas, durante los mismos meses, pero cuando se realiza el estudio, no se identifica ninguna alergia. Es exactamente igual a la conjuntivitis alérgica, pero la causa es desconocida.

Suelen padecerla niños escolares y adolescentes, y tiende a repetirse durante 4-5 años. Los síntomas son muy intensos, incluso incapacitantes, y responden mal a la medicación. En general, tal como ha aparecido llega un momento en que desaparece, sin que se averigüe el motivo, pero el paciente puede pasar unos años muy duros.

La córnea es la parte anterior, redondeada, transparente, del ojo. Cuando se inflama la córnea se llama queratitis. Normalmente no se afecta en la conjuntivitis alérgica. En la conjuntivitis vernal sí que puede inflamarse, y a entonces se habla de queratoconjuntivitis vernal. También existe una queratitis o queratoconjuntivitis atópica, inflamación del ojo que se presenta como una complicación de la dermatitis atópica.

En las conjuntivitis se produce una inflamación de la capa roja interna de los párpados. Esa inflamación puede producir unas zonas inflamadas como pequeños puntos rojos. Otras veces se forman como unas placas grandes rojas, llamadas papilas, o papilas gigantes. Tienen el aspecto de suelo empedrado. Rozan el ojo, y causan sensación de tener como arenilla o dolor. Se ven dándole la vuelta al párpado, y pueden aparecer por usar lentillas, por la conjuntivitis alérgica, pero sobre todo por la conjuntivitis vernal o por la queratoconjuntitivis atópica.

El tratamiento es el habitual de la conjuntivitis alérgica, aunque en alguna ocasión hay que recurrir a la cirugía.

El tratamiento de la conjuntivitis tiene también tres aspectos, el tratamiento del qué, el tratamiento del cómo, y el tratamiento del porqué.

El tratamiento del qué se refiere al tratamiento de los síntomas agudos o tratamiento de rescate. Cuando aparecen los síntomas de manera aguda se usan medicamentos antihistamínicos fundamentalmente, tomados por boca o en colirio; también se usan cromonas, antiinflamatorios, y en casos rebeldes, ciclos cortos de corticoides.

El tratamiento del cómo se refiere al tratamiento preventivo, que se usa a diario, para disminuir la inflamación crónica de los ojos, y hacer que no sean tan reactivos.

El tratamiento del porqué se refiere al tratamiento de la causa o tratamiento etiológico. Cuando se averigua la causa se usa un tratamiento para eliminar esa causa, o para que el cuerpo se adapte a esa causa y no le cause ya daño.

Se dan más detalles esos tratamientos, la respuesta que se espera, y la actitud si no se observa mejoría, en el apartado “Tratamiento del asma y otras alergias” en otra zona de esta página web.

Es el mismo que la conjuntivitis alérgica en lo que se refiere al tratamiento de rescate y al tratamiento preventivo, aunque suele responder con dificultad a esos tratamientos. No se usa tratamiento etiológico ya que se desconoce la causa.

Se usa el tratamiento de la dermatitis atópica y además se usa el tratamiento de rescate y preventivo de la conjuntivitis alérgica. También tiende a responder mal al tratamiento. Se insiste mucho en que, si se identifica algún alergeno, se debe evitar al máximo.

La complicación más frecuente es que se produzca una conjuntivitis infecciosa. Si el niño se frota los ojos con las manos sucias, puede aparecer una infección del ojo; esa conjuntivitis infecciosa produce las típicas legañas abundantes, en los que el niño se levanta con los ojos totalmente pegados.

También debido al frotamiento de los ojos se puede producir alguna lesión de rascado en la córnea, con una herida superficial que provoca dolor del ojo y molestias por la luz.

Una posible complicación que puede ocurrir con el tratamiento, si se usan colirios de corticoides durante mucho tiempo, es el aumento de la presión del ojo. Por eso se recomiendan ciclos de menos de 7 días. Si se necesitan corticoides más prolongados o muy repetidos, el oculista debe controlar el tratamiento. Los otros tipos de colirio, como antihistamínicos, antiinflamatorios no corticoides, y cromonas, se pueden usar tiempo largo sin riesgo para el ojo.

Se sospechan cuando aparecen síntomas poco típicos, como legañas abundantes, verdosas y pegajosas, cuando aparece dolor más que picor de ojos, cuando los síntomas afectan un solo ojo, cuando parece que se ve peor, o cuando los síntomas se prolongan mucho tiempo sin mejoría en lugar de ser intermitentes.

Se suelen diagnosticar por exploración directa del ojo. En ocasiones se utiliza el tratamiento de las complicaciones sospechosas y se observa qué respuesta aparece. Para una exploración más avanzada hay que consultar con el oculista.

En la conjuntivitis alérgica habitualmente no se afecta la córnea, por lo que no se pierde visión. Momentáneamente puede dar la impresión de ver peor, pero se recupera la visión habitual.

En la queratoconjuntivitis vernal y en la queratocojuntivitis atópica sí que puede existir inflamación de la córnea, por lo que existe mayor riesgo de cierta pérdida de visión, aunque no es muy frecuente.

La conjuntivitis, igual que el asma y otras enfermedades alérgicas, puede evolucionar de todas las formas. Puede empeorar, permanecer igual, mejorar, o desaparecer por completo.

A veces mejora espontáneamente, y otras veces con el tratamiento antialérgico que corresponda. Si la evolución espontánea no es a mejor, se debe valorar el tratamiento inmunoterápico con vacunas, que le serán recomendadas por el especialista.

La conjuntivitis vernal tiende a desaparecer espontáneamente, aunque puede tardar varios años. Durante ese tiempo se ha de utilizar el tratamiento de rescate y preventivo necesarios, pues es muy limitante.

La queratoconjuntivitis atópica suele llevar una evolución paralela a la dermatitis atópica acompañante, con todo tipo de evoluciones posibles.

Hay muchos factores que se desconocen. Cuanto más frecuentes e intensos sean los síntomas, peor tiende a ser la evolución.

Para evolucionar favorablemente es importante que se siga el tratamiento de manera correcta, usando la medicación con las dosis, frecuencia y duración indicadas por el médico en cada caso.

Otro factor muy importante es que se averigüe la causa de la conjuntivitis y que se ponga el tratamiento correspondiente. Si no se identifica la causa de la inflamación crónica de los ojos, esa causa seguirá actuando, y la conjuntivitis persistirá. Si se identifica y se dispone de un tratamiento adecuado, al eliminar la causa la conjuntivitis va mejorando hasta llegar a desaparecer.

La medicación preventiva de la conjuntivitis se usa durante periodos muy largos de tiempo, meses o años. En niños se usa de modo continuado en unas ocasiones, y en otras de modo intermitente, con descansos en los periodos sin síntomas. Por ejemplo, si los síntomas son sólo en primavera y verano, se interrumpe la medicación en otoño e invierno, y luego se vuelve a usar al acercarse la primavera.

La medicación preventiva no es “curativa”, es decir, no hace que desaparezca la conjuntivitis para siempre. Hace efecto mientras se usa, y cuando se interrumpe deja de hacer efecto. Entonces los síntomas tienden a reaparecer, a menos que haya una mejoría espontánea del paciente, o una mejoría por un tratamiento etiológico o de la causa.

Por ello es importante tratar de averiguar la causa de esa conjuntivitis. Si la causa se puede tratar, se llega a eliminar por completo la medicación. Se dan más detalles sobre los efectos y el uso de los tratamientos en el apartado “Tratamiento del asma y otras alergias”, en otra zona de esta página web.

Sí que puede ocurrir. Cualquier persona puede empezar con síntomas de conjuntivitis a cualquier edad, aunque nunca anteriormente hubiese tenido ni el más mínimo síntoma. Las personas que han padecido conjuntivitis de niños y luego les ha desaparecido, pueden volver a tener síntomas más adelante, igual que cualquiera.

En los que tenían alguna alergia la reaparición puede ser debido a reactivación de la alergia antigua o por aparición de alguna alergia nueva. Se debe consultar con el médico para hacer una valoración global de la severidad de los síntomas y de las posibles causas. Tanto en los “antiguos pacientes” como en los “nuevos” se debe valorar un estudio global y completo de la conjuntivitis.

La conjuntivitis alérgica puede aparecer como única manifestación de la alergia, o ser la primera de una serie de síntomas. Lo más habitual es que no aparezca sola, sino asociada a rinitis alérgica. Algunas personas empiezan presentando síntomas de conjuntivitis o rinoconjuntivitis, y luego con el paso del tiempo les aparecen síntomas de asma.

La aparición de asma en personas con sólo conjuntivitis no está tan estudiada como la aparición de asma en personas con rinitis. Se puede suponer que los riesgos serán similares a la rinitis, pero no está comprobado específicamente. Para más información sobre la rinitis, consúltese el apartado de rinitis alérgica en otra zona de esta página web.

Índice de contenidos

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¿Qué síntomas produce la conjuntivitis alérgica?

Los síntomas de la conjuntivitis son similares a los que la rinitis alérgica produce en la nariz. En la rinitis se produce goteo nasal, en la conjuntivitis lagrimeo. Igual que la nariz pica en la rinitis, los ojos pican en la conjuntivitis. El picor hace que el paciente se frote los ojos con el dedo, con el puño, a veces por debajo de las gafas. El picor también hace que el paciente parpadee frecuentemente, o que guiñe los ojos, todo esto de manera refleja, involuntaria, sin darse cuenta, y a veces no lo sabe reconocer aunque se le pregunte. A menudo se confunden estos síntomas de conjuntivitis con tics nerviosos, y los niños pueden ser enviados al neurólogo. En los niños es muchísimo más frecuente que esos síntomas sean debidos a alergia que a un verdadero tic, por lo que hay que saber reconocer los síntomas para evitar tratamientos innecesarios e ineficaces. También se pueden confundir esos síntomas con síntomas de defecto de la capacidad visual. Los oculistas a menudo ven a niños con esos síntomas, y tras comprobar que la agudeza visual es normal, envían al paciente para un estudio de alergia. En lugar de picor a veces se nota una sensación de tener arenilla en el ojo, ya que el párpado se inflama por dentro y produce roce contra el ojo.

Igual que la nariz se congestiona en la rinitis, los ojos también se congestionan en la conjuntivitis. Esa congestión se manifiesta como enrojecimiento, con las venas dilatadas en el blanco del ojo. La congestión también puede provocar inflamación de los párpados.

Se puede producir una molestia muy intensa por la luz, que se llega a hacer insoportable; esto es lo que se llama fotofobia.

Pueden aparecer legañas en la conjuntivitis alérgica, pero suele ser en pequeña cantidad, como hilos finos. Las legañas más abundantes, gruesas amarillentas, que pegan el ojo suelen deberse a alguna infección o sobreinfección del ojo.

¿Esos síntomas son exclusivos de la conjuntivitis alérgica?

No, esos síntomas no son exclusivos de la conjuntivitis alérgica, sino que aparecen en cualquier tipo de conjuntivitis. Pueden aparecer en resfriados o catarros normales, y en conjuntivitis de causa no alérgica. Hay otras conjuntivitis, infecciosas, irritativas, vernales, y conjuntivitis de causa desconocida, que causan síntomas parecidos o incluso idénticos.

¿Cómo aparecen los síntomas de la conjuntivitis alérgica?

Existe muchísima variedad. A veces predominan el enrojecimiento, a veces el lagrimeo, a veces los picores. Unas personas tienen todos los síntomas, otras personas uno solo de ellos. Los síntomas pueden ser muy severos y molestos, y otras veces casi imperceptibles. Pueden durar desde minutos a varios meses seguidos, y pueden aparecer en una sola estación del año o estar presentes todos los meses del año.

¿Son graves los síntomas de la conjuntivitis alérgica?

Los síntomas varían de ser mínimos, que pasan desapercibidos, hasta llegar a ser muy molestos. Puede llegar a producir picores intensos de ojos, lagrimeo continuo y enrojecimiento intenso, con dolores de cabeza, falta de concentración, imposibilidad de soportar la luz, etc; en definitiva hace que algunos pacientes tengan una calidad de vida muy reducida, y hay épocas en las que sólo viven pendientes de sus ojos.

La severidad de los síntomas puede variar en un mismo paciente de unas ocasiones a otras, por lo que se debe aprender a reconocer los primeros síntomas y empezar el tratamiento de rescate de manera precoz, sin esperas.

¿Por qué aparecen los síntomas de la conjuntivitis alérgica?

Ocurre de manera similar al asma y a otras enfermedades alérgicas. El contacto del paciente con el alérgeno (sustancia que le causa alergia) provoca una inflamación crónica de las capas del ojo. Esa inflamación hace que el ojo tenga una hiperreactividad ocular, es decir que reaccione de manera excesiva frente a una serie de desencadenantes. La reacción consiste en la aparición de los síntomas típicos.

Como desencadenantes actúan los propios alergenos y otros factores como infecciones por virus, viento, humos, polvo, la luz, contacto con agua, el estar nervioso, alimentos ácidos o picantes, etc.

Los alergenos pueden actuar como causantes de inflamación crónica y como desencadenantes de agudizaciones de síntomas. Los otros desencadenantes no causan inflamación crónica, sino que actúan sobre los ojos ya previamente inflamados; si no existe esa inflamación previa no causan síntomas.

¿Cuándo se sospecha que alguien tiene conjuntivitis alérgica?

Se sospecha cuando se presentan los síntomas de manera muy seguida o muy repetida. En los niños pequeños, menores de 4-5 años, coincidiendo con catarros por virus se pueden presentar esos síntomas. Cuando los síntomas son muy repetidos o aparecen aislados, sin otros síntomas de infección en vías respiratorias, es más sospechoso que sean debidos a alguna alergia.

Los niños mayores de esa edad no suelen padecer tantos catarros, y es más probable que los síntomas sean debidos a alergia.

¿Cómo se diagnostica la conjuntivitis alérgica?

La conjuntivitis se diagnostica por los síntomas que presenta el paciente. Se puede hacer (muy raramente) algún análisis de las lágrimas. Así se realiza el diagnóstico de conjuntivitis, conjuntivitis a secas. Para ponerle el “apellido” alérgica se ha de demostrar que el paciente tiene alguna alergia, con pruebas en piel o análisis de sangre, y que esa alergia es la responsable de los síntomas. A veces basta con observar cuándo y cómo aparecen los síntomas y otras veces puede ser necesaria una prueba de provocación.

Se dan más detalles sobre esas pruebas en el apartado “Estudio de la alergia”, en otra zona de esta página web.

¿Qué personas con conjuntivitis alérgica deben estudiarse?

Las personas con síntomas severos deben estudiarse sin ninguna duda. Si se tienen síntomas frecuentes, intensos, duraderos, limitantes, que disminuyen la calidad de vida, con mala respuesta al tratamiento, con mala evolución, con complicaciones, etc, se debe hacer una valoración completa de la conjuntivitis sin demora.

Las personas con síntomas muy leves, muy aislados, con recuperación completa, sin repercusión en su ritmo de vida pueden esperar a ver cómo va evolucionando su conjuntivitis de manera espontánea.

Las personas con síntomas intermedios deben comentar con su médico la conveniencia de realizar ese estudio o bien de esperar, para tomar conjuntamente una decisión. En caso de duda es recomendable hacer el estudio.

¿Qué se hace ante una sospecha de conjuntivitis alérgica?

Ante una consulta por sospecha de conjuntivitis, el especialista valora tres aspectos: el qué, el cómo, y el porqué.

El qué se refiere a si los síntomas son en efecto debido a una conjuntivitis simple, o si puede tratarse de un síntoma de otra enfermedad más generalizada o si hay complicaciones. En cada paciente, de manera individual, se realiza el llamado diagnóstico diferencial, que consiste en descartar otras enfermedades que pudieran llevar a confusión. Para ello se realizan análisis y pruebas, variables individualmente, según lo claros y típicos que sean los síntomas.

El cómo se refiere a la gravedad de los síntomas: se valoran muchos aspectos, como frecuencia de los síntomas, su duración, su intensidad, la respuesta a los tratamientos, la repercusión en la vida diaria, pérdida de días de colegio o de trabajo, evolución a lo largo del tiempo, etc.

El porqué se refiere a identificar a los causantes y a los desencadenantes de esa conjuntivitis.

Se dan más detalles sobre las distintas pruebas y análisis en el apartado “Estudio de la alergia”, en otra zona de esta página web.

¿Qué sustancias pueden causar conjuntivitis alérgica?

La conjuntivitis alérgica puede estar causada por fundamentalmente por sustancias ambientales, los alergenos inhalantes. También puede aparecer por sustancias tomadas por boca, alimentos o medicamentos, o por sustancias que atraviesan la piel, medicamentos inyectados o picaduras de abeja o de avispa. En el caso de alergenos no inhalantes la conjuntivitis suele ser un síntoma que acompaña a otros como el asma, o forma parte de una reacción anafiláctica.

Se dan más detalles sobre los alergenos en el apartado “Alergia y alergenos”, en otra zona de esta página web.

¿Cómo se diagnostican las conjuntivitis no alérgicas?

Como la causa más frecuente de conjuntivitis crónica es la alergia, se suele estudiar en primer lugar si existe alguna alergia. Si no aparece, se diagnostica de conjuntivitis no alérgica por exclusión, es decir, porque el estudio alergológico ha sido negativo, ha sido normal. Existen otros tipos de conjuntivitis, no alérgicas, y para diagnosticar cada una de ellas se necesitan valorar todos los síntomas y realizar algunas analíticas o pruebas especiales de cada tipo.

¿Qué es la conjuntivitis vernal?

La conjuntivitis alérgica más típica es la causada por pólenes, que aparece durante la primavera o verano, y desaparece las otras estaciones. Hay un tipo de conjuntivitis, llamada conjuntivitis vernal, que es idéntica a la conjuntivitis por polen: aparece con los mismos síntomas, durante los mismos meses, pero cuando se realiza el estudio, no se identifica ninguna alergia. Es exactamente igual a la conjuntivitis alérgica, pero la causa es desconocida.

Suelen padecerla niños escolares y adolescentes, y tiende a repetirse durante 4-5 años. Los síntomas son muy intensos, incluso incapacitantes, y responden mal a la medicación. En general, tal como ha aparecido llega un momento en que desaparece, sin que se averigüe el motivo, pero el paciente puede pasar unos años muy duros.

¿Qué es la queratitis o la queratoconjuntivitis?

La córnea es la parte anterior, redondeada, transparente, del ojo. Cuando se inflama la córnea se llama queratitis. Normalmente no se afecta en la conjuntivitis alérgica. En la conjuntivitis vernal sí que puede inflamarse, y a entonces se habla de queratoconjuntivitis vernal. También existe una queratitis o queratoconjuntivitis atópica, inflamación del ojo que se presenta como una complicación de la dermatitis atópica.

¿Qué son las papilas gigantes?

En las conjuntivitis se produce una inflamación de la capa roja interna de los párpados. Esa inflamación puede producir unas zonas inflamadas como pequeños puntos rojos. Otras veces se forman como unas placas grandes rojas, llamadas papilas, o papilas gigantes. Tienen el aspecto de suelo empedrado. Rozan el ojo, y causan sensación de tener como arenilla o dolor. Se ven dándole la vuelta al párpado, y pueden aparecer por usar lentillas, por la conjuntivitis alérgica, pero sobre todo por la conjuntivitis vernal o por la queratoconjuntitivis atópica.

El tratamiento es el habitual de la conjuntivitis alérgica, aunque en alguna ocasión hay que recurrir a la cirugía.

¿Cuál es el tratamiento de la conjuntivitis alérgica?

El tratamiento de la conjuntivitis tiene también tres aspectos, el tratamiento del qué, el tratamiento del cómo, y el tratamiento del porqué.

El tratamiento del qué se refiere al tratamiento de los síntomas agudos o tratamiento de rescate. Cuando aparecen los síntomas de manera aguda se usan medicamentos antihistamínicos fundamentalmente, tomados por boca o en colirio; también se usan cromonas, antiinflamatorios, y en casos rebeldes, ciclos cortos de corticoides.

El tratamiento del cómo se refiere al tratamiento preventivo, que se usa a diario, para disminuir la inflamación crónica de los ojos, y hacer que no sean tan reactivos.

El tratamiento del porqué se refiere al tratamiento de la causa o tratamiento etiológico. Cuando se averigua la causa se usa un tratamiento para eliminar esa causa, o para que el cuerpo se adapte a esa causa y no le cause ya daño.

Se dan más detalles esos tratamientos, la respuesta que se espera, y la actitud si no se observa mejoría, en el apartado “Tratamiento del asma y otras alergias” en otra zona de esta página web.

¿Cuál es el tratamiento de la conjuntivitis vernal?

Es el mismo que la conjuntivitis alérgica en lo que se refiere al tratamiento de rescate y al tratamiento preventivo, aunque suele responder con dificultad a esos tratamientos. No se usa tratamiento etiológico ya que se desconoce la causa.

¿Cuál es el tratamiento de la queratoconjuntivitis atópica?

Se usa el tratamiento de la dermatitis atópica y además se usa el tratamiento de rescate y preventivo de la conjuntivitis alérgica. También tiende a responder mal al tratamiento. Se insiste mucho en que, si se identifica algún alergeno, se debe evitar al máximo.

¿Tiene complicaciones la conjuntivitis?

La complicación más frecuente es que se produzca una conjuntivitis infecciosa. Si el niño se frota los ojos con las manos sucias, puede aparecer una infección del ojo; esa conjuntivitis infecciosa produce las típicas legañas abundantes, en los que el niño se levanta con los ojos totalmente pegados.

También debido al frotamiento de los ojos se puede producir alguna lesión de rascado en la córnea, con una herida superficial que provoca dolor del ojo y molestias por la luz.

Una posible complicación que puede ocurrir con el tratamiento, si se usan colirios de corticoides durante mucho tiempo, es el aumento de la presión del ojo. Por eso se recomiendan ciclos de menos de 7 días. Si se necesitan corticoides más prolongados o muy repetidos, el oculista debe controlar el tratamiento. Los otros tipos de colirio, como antihistamínicos, antiinflamatorios no corticoides, y cromonas, se pueden usar tiempo largo sin riesgo para el ojo.

¿Cuándo se sospechan complicaciones en la conjuntivitis?

Se sospechan cuando aparecen síntomas poco típicos, como legañas abundantes, verdosas y pegajosas, cuando aparece dolor más que picor de ojos, cuando los síntomas afectan un solo ojo, cuando parece que se ve peor, o cuando los síntomas se prolongan mucho tiempo sin mejoría en lugar de ser intermitentes.

¿Cómo se diagnostican las complicaciones en la conjuntivitis?

Se suelen diagnosticar por exploración directa del ojo. En ocasiones se utiliza el tratamiento de las complicaciones sospechosas y se observa qué respuesta aparece. Para una exploración más avanzada hay que consultar con el oculista.

¿Se puede perder visión por las conjuntivitis?

En la conjuntivitis alérgica habitualmente no se afecta la córnea, por lo que no se pierde visión. Momentáneamente puede dar la impresión de ver peor, pero se recupera la visión habitual.

En la queratoconjuntivitis vernal y en la queratocojuntivitis atópica sí que puede existir inflamación de la córnea, por lo que existe mayor riesgo de cierta pérdida de visión, aunque no es muy frecuente.

¿Puede desaparecer la conjuntivitis?

La conjuntivitis, igual que el asma y otras enfermedades alérgicas, puede evolucionar de todas las formas. Puede empeorar, permanecer igual, mejorar, o desaparecer por completo.

A veces mejora espontáneamente, y otras veces con el tratamiento antialérgico que corresponda. Si la evolución espontánea no es a mejor, se debe valorar el tratamiento inmunoterápico con vacunas, que le serán recomendadas por el especialista.

La conjuntivitis vernal tiende a desaparecer espontáneamente, aunque puede tardar varios años. Durante ese tiempo se ha de utilizar el tratamiento de rescate y preventivo necesarios, pues es muy limitante.

La queratoconjuntivitis atópica suele llevar una evolución paralela a la dermatitis atópica acompañante, con todo tipo de evoluciones posibles.

¿De qué depende la evolución de la conjuntivitis alérgica?

Hay muchos factores que se desconocen. Cuanto más frecuentes e intensos sean los síntomas, peor tiende a ser la evolución.

Para evolucionar favorablemente es importante que se siga el tratamiento de manera correcta, usando la medicación con las dosis, frecuencia y duración indicadas por el médico en cada caso.

Otro factor muy importante es que se averigüe la causa de la conjuntivitis y que se ponga el tratamiento correspondiente. Si no se identifica la causa de la inflamación crónica de los ojos, esa causa seguirá actuando, y la conjuntivitis persistirá. Si se identifica y se dispone de un tratamiento adecuado, al eliminar la causa la conjuntivitis va mejorando hasta llegar a desaparecer.

¿La medicación de la conjuntivitis es para toda la vida?

La medicación preventiva de la conjuntivitis se usa durante periodos muy largos de tiempo, meses o años. En niños se usa de modo continuado en unas ocasiones, y en otras de modo intermitente, con descansos en los periodos sin síntomas. Por ejemplo, si los síntomas son sólo en primavera y verano, se interrumpe la medicación en otoño e invierno, y luego se vuelve a usar al acercarse la primavera.

La medicación preventiva no es “curativa”, es decir, no hace que desaparezca la conjuntivitis para siempre. Hace efecto mientras se usa, y cuando se interrumpe deja de hacer efecto. Entonces los síntomas tienden a reaparecer, a menos que haya una mejoría espontánea del paciente, o una mejoría por un tratamiento etiológico o de la causa.

Por ello es importante tratar de averiguar la causa de esa conjuntivitis. Si la causa se puede tratar, se llega a eliminar por completo la medicación. Se dan más detalles sobre los efectos y el uso de los tratamientos en el apartado “Tratamiento del asma y otras alergias”, en otra zona de esta página web.

¿Puede reaparecer la conjuntivitis cuando ya ha desaparecido?

Sí que puede ocurrir. Cualquier persona puede empezar con síntomas de conjuntivitis a cualquier edad, aunque nunca anteriormente hubiese tenido ni el más mínimo síntoma. Las personas que han padecido conjuntivitis de niños y luego les ha desaparecido, pueden volver a tener síntomas más adelante, igual que cualquiera.

En los que tenían alguna alergia la reaparición puede ser debido a reactivación de la alergia antigua o por aparición de alguna alergia nueva. Se debe consultar con el médico para hacer una valoración global de la severidad de los síntomas y de las posibles causas. Tanto en los “antiguos pacientes” como en los “nuevos” se debe valorar un estudio global y completo de la conjuntivitis.

¿Las personas con conjuntivitis alérgica desarrollarán asma?

La conjuntivitis alérgica puede aparecer como única manifestación de la alergia, o ser la primera de una serie de síntomas. Lo más habitual es que no aparezca sola, sino asociada a rinitis alérgica. Algunas personas empiezan presentando síntomas de conjuntivitis o rinoconjuntivitis, y luego con el paso del tiempo les aparecen síntomas de asma.

La aparición de asma en personas con sólo conjuntivitis no está tan estudiada como la aparición de asma en personas con rinitis. Se puede suponer que los riesgos serán similares a la rinitis, pero no está comprobado específicamente. Para más información sobre la rinitis, consúltese el apartado de rinitis alérgica en otra zona de esta página web.

Resumen de la conjuntivitis

La conjuntivitis alérgica es una enfermedad relativamente frecuente en la edad pediátrica, debida a una inflamación crónica de las capas del ojo, y suele ir asociada a rinitis. Se presenta en muchos de los niños con asma. Produce síntomas de lagrimeo, picores y enrojecimiento del ojo, de modo similar a un catarro, pero de manera muy repetida. Es muy variable en cuanto a gravedad y circunstancias de aparición de los síntomas. En la conjuntivitis actúan lo que llamamos desencadenantes, que hay que distinguir de los causantes. Es importante tratar de identificar esos causantes, pues de ello depende en gran parte el tratamiento y el pronóstico. El tratamiento consta de tres apartados; el tratamiento de rescate o de los síntomas agudos, el tratamiento preventivo o antiinflamatorio, y el tratamiento etiológico o de la causa. La evolución también es muy variable, desde empeoramiento progresivo, pasando por estacionamiento o mejoría parcial, hasta desaparición total y definitiva. Existen conjuntivitis no alérgicas, como la conjuntivitis vernal y la queratoconjuntivitis atópica, con síntomas prácticamente idénticos, pero muy rebeldes al tratamiento.