Alergia a los ácaros

Cuando hablamos de “alergia al polvo” realmente nos estamos refiriendo a la alergia a los ácaros.

El polvo que encontramos en casa (esas partículas diminutas que se observan al trasluz flotando en el aire), por increíble que parezca, constituye un ecosistema.

Cuando se analiza ese ecosistema, se objetiva una composición variada entre materia orgánica e inorgánica: escamas de la piel de las personas, restos dérmicos de los animales, insectos, esporas de hongos, fibrillas que se desprenden de la ropa y otros tejidos..

Los ácaros, una subclase de arácnidos, pertenecen también a este curioso ecosistema. Se alimentan de polvo y desprenden partículas que flotan. Estas partículas flotantes se integran a su vez en el ambiente y forman parte del propio polvo.

El componente orgánico del polvo, cuando es inhalado y llega a las vías aéreas, puede actuar como un alérgeno produciendo sensibilidad alérgica.

Los ácaros son la principal fuente de alérgeno del polvo de casa y por eso cuando hablamos de alergia al polvo, en realidad estamos hablando de la alergia a los ácaros.

Los ácaros son una subclase de arácnidos. Miden entre 0.2-0.5 mm, por lo que no se ven a simple vista. Se necesita un microscopio.

Actualmente hay hasta 50.000 especies descritas pero sólo 25 se relacionan con enfermedades alérgicas.

Los síntomas de alergia que pueden producir abarcan la rinitis, conjuntivitis, asma, dermatitis atópica..

Cuando se toman alimentos con harina contaminada con ácaros pueden dar reacciones digestivas y de anafilaxia, aunque esto es algo excepcional.

De forma clásica los ácaros se han diferenciado en función del hábitat donde se localicen, esto es, en las viviendas o en los almacenes.

En función de donde los encontremos pertenecerán a uno u otro tipo, aunque hoy día se sabe que puede haber ácaros de almacenamiento también en las casas.

EN LAS VIVIENDAS

Los llamados ácaros domésticos son los que se encuentran en el polvo de las casas. Viven dentro de las casas y por tanto, no están en el polvo de la calle.

Se acumulan en lugares oscuros y donde obtengan alimento.

Los ácaros comen escamas de piel humana.

Las personas van renovando su piel poco a poco. En el plazo de 20-30 días renuevan totalmente la piel, que se va desprendiendo poco a poco en escamas microscópicas. Esas escamas se van colando entre los poros que dejan los hilos de la ropa, y se van acumulando en lugares como sofás, y sobre todo en colchones y almohadas, que son los lugares donde más abundan los ácaros.

Esta particularidad les confiere el nombre de dermatophagoides: dermato (piel) y phagoides (que comen).

Entre los ácaros del polvo o domésticos destacan Dermatophagoides pteronyssinus y Dermatophagoides farinae.

Otros ácaros de interés son Blomia tropicalis, Dermatophagoides microceras y Euroglyphus maynei.

EN LOS ALMACENES

Los ácaros que habitan en los almacenes se llaman de depósito o de almacenamiento.

Entre los ácaros de almacenamiento destacan Acarus siro, Lepidoglyphus destructor y Tyrophagus putrescentiae.

En general todos los ácaros, pero sobre todo los de almacenamiento, pueden vivir en lugares donde se almacenan alimentos vegetales, especialmente harinas.

Según las condiciones climáticas puede variar la proporción de unos ácaros u otros.

Los ácaros necesitan unas condiciones de humedad del 70% y una temperatura alrededor de los 21ºC. Esto se da especialmente en zonas costeras y en islas.

En zonas de meseta disminuyen los ácaros, y son causa poco frecuente de alergia.

En zonas de montaña llegan a desaparecer prácticamente.

En las épocas de primavera, y sobre todo otoño, que es cuando se dan las condiciones ideales de temperatura y humedad, es cuando más proliferan los ácaros.

En esa época suelen empeorar las personas con alergia a los ácaros.

Pero también es una época en la que hay más hongos, y además coincide con la vuelta de los niños al colegio y hay más infecciones por virus.

Por eso el hecho de empeorar en otoño no se puede atribuir siempre a los ácaros. Todos estos factores pueden actuar por separado o se pueden solapar unos a otros, multiplicando sus efectos sobre los síntomas.

Los ácaros son microscópicos, pero no penetran en el cuerpo humano. Van desprendiendo partículas, que flotan en el aire, y que son las que se respiran y causan alergia.

Las partículas que más alergia dan se encuentran en las heces de los ácaros.

Cuando los ácaros mueren, el cuerpo se va desintegrando en partículas que también dan alergia. Los ácaros vivos se agarran con sus patas al lugar donde viven y no flotan.

Si alguien alérgico respira bruscamente gran cantidad de ácaros (por ejemplo en un desván o revolviendo trastos sucios) puede tener un ataque agudo de síntomas de asma o de rinoconjuntivitis. Esto puede ser evidente.

Lo que no es evidente es cuando se respiran diariamente o casi diariamente cantidades pequeñas y repetidas de ácaros. Pueden no causar síntomas agudos, pero esas pequeñas cantidades van causando una inflamación interna de los bronquios.

Esa inflamación continua hace que los bronquios sean más sensibles a toda clase de estímulos: infecciones, otras alergias, ejercicio, aire frío, contaminación, etc. Esos estímulos causan entonces síntomas agudos y desorientan sobre la culpa de los ácaros. Esos estímulos no causarían síntomas si los bronquios no tuvieran inflamación previa debida a los ácaros.

Lo mismo que en los bronquios sucede en la nariz y en los ojos.

Cuando los síntomas de conjuntivitis, rinitis o asma aparecen en épocas otoñales o en relación con exposición a polvo, la sospecha que sea por alergia a los ácaros es mayor, aunque no siempre se confirme.

Como es una alergia muy frecuente y aunque en principio no parezcan sospechosos, se suelen estudiar de forma rutinaria en todas las personas con esos síntomas.

Una buena historia clínica realizada por el facultativo y la exploración física del paciente (auscultación pulmonar, valorar mucosa nasal, ver el estado de la piel, si existe o no dermatitis…) orientará hacia los ácaros el origen de los síntomas que sufre el paciente.

Para realizar el diagnóstico de certeza se realizarán pruebas cutáneas (prick-test) con los alérgenos de ácaros. La selección de alérgenos variará de unas regiones a otras en función del predominio de ácaro que exista.

El estudio puede completarse con una analítica en la que se determine la IgE especifica a ácaros.

De forma más excepcional se pueden realizar pruebas de exposición controlada al alergeno (nasal, conjuntival, bronquial).

En el tratamiento de las personas con alergia a los ácaros se contemplan dos tipos de tratamiento, compatibles entre sí, y que forman parte del tratamiento etiológico del asma y otras enfermedades alérgicas:

  1. La evitación del alérgeno
  2. La inmunoterapia o “vacunas de la alergia”.

Respecto a los detalles sobre estas últimas, se ofrece más información en la sección de inmunoterapia de nuestra web. En este apartado se comentan aspectos específicos de la evitación de ácaros.

Hay controversia sobre la eficacia de las medidas de evitación de ácaros, con datos a favor y en contra.

Consulte con el especialista las medidas más recomendables para su caso.

Lo más útil es hacer una evitación lo más integral posible, no una sola medida aislada. Para ello se recomiendan una serie de normas, la llamada desalergenización.

Las partículas de ácaros flotan por toda la casa, y por tanto, es en toda la casa donde se deben seguir las normas, pero es en el dormitorio de la persona con alergia donde más perseverancia se debe tener, ya que allí pasa muchas horas respirando además, junto a la almohada y el colchón.

El polvo que contiene partículas de ácaros está flotando en el aire, se va depositando por efecto de la gravedad en el suelo y los objetos, y con las corrientes de aire que hacen las personas al moverse vuelve a flotar. Así permanece en un ciclo de subir y bajar continuamente.

El polvo se debe retirar con un paño húmedo o que lo atrape. No se debe sacudir con un trapo o con un plumero.

No es conveniente barrer con una escoba, sino usar una fregona o un aspirador.

Los aspiradores aspiran por el tubo, pero por la parte posterior del aspirador expulsan aire. Parte del polvo queda dentro de la bolsa, pero otra parte es expulsada de nuevo al aire de la habitación. Se recomiendan aspiradores con filtro de agua o filtro HEPA, que retienen al máximo las partículas de ácaros.

Se deben aspirar con frecuencia los sofás, y también la cama y el colchón de la persona alérgica, para retirar el polvo de las capas superficiales.

Han de ser lo más sencillas y menos recargadas posible. Todos los objetos que puedanacumular polvo, que sean difíciles de limpiar, se han de retirar o reducir al máximo.

Las paredes y el suelo han de ser lisos y fáciles de limpiar, retirando papeles pintados, moquetas y alfombras.

Si se usan cortinas, han de ser ligeras, fáciles de lavar, para lavarlas a menudo. Las persianas de láminas son difíciles de limpiar.

Hay que evitar cabeceros de cama tapizados, así como sillas o butacas de tela y cojines.

Los peluches y muñecos de tela acumulan polvo, por lo que se recomienda que se retiren, y que de ninguna manera el niño duerma con ellos.

Se deben cambiar por muñecos de plástico, lavables bajo el grifo.

Los colchones de muelles son huecos por dentro. Tienen unas capas de tejido arriba y abajo, pero por dentro, donde se alojan los muelles, están huecos. Ahí dentro hay mucho espacio para que se acumulen ácaros.

Se deben evitar también los colchones de lana.

Se recomiendan colchones macizos, de látex, de esponja, viscoelásticos, o de agua.

Desde el punto de vista de la alergia a los ácaros, es indiferente el material, sólo que no sean huecos. Se debe elegir el colchón según las características de comodidad y precio que más convengan.

Una alternativa es mantener el mismo colchón y usar una funda antiácaros, o una funda plástica que cubra el colchón por arriba y por abajo.

Las fundas antiácaros están hechas con tejido muy apretados, para que los poros que quedan entre los hilos sean tan pequeños que no permiten el paso de las partículas de ácaros.

Con respecto a las almohadas se hacen las mismas recomendaciones que con los colchones, tanto referente al material como a las fundas.

La ropa de cama debe ser fácil de lavar, evitando los edredones de plumas que son más difíciles de limpiar. Las sábanas conviene lavarlas semanalmente a temperatura de 60ºC.

La respuesta es que SÍ se pueden utilizar. Tanto las calefacciones como los aparatos de aire acondicionado resecan el ambiente. Al disminuir la humedad ambiental, se dificulta que se reproduzcan los ácaros y también los hongos.

Los filtros de los aparatos de calefacción o de aire acondicionado se han de limpiar con frecuencia, para que no suelten más polvo que lo que filtran.

Los acaricidas son sprays que matan a los ácaros.

No sirven los insecticidas que se usan para moscas o mosquitos.

Los acaricidas se esparcen por el colchón, almohada, muebles y resto de la habitación de la persona con alergia. Se deja que actúen unas horas, y después se ha de aspirar para eliminar los ácaros muertos.

Se deben usar cuando la persona alérgica no está presente.

Son una serie de aparatos, de tamaño y precio variables, que se utilizan con el fin de disminuir la cantidad de partículas en el aire, no sólo de ácaros, sino también de otras sustancias.

Su utilidad es discutida, y se debe valorar individualmente la conveniencia de usarlos según los síntomas del paciente y la eficacia de otros tratamientos.

Consulte con el especialista su caso concreto.

Los ácaros eligen sitios oscuros, alejados de la luz. Si es posible exponer el colchón y la almohada a los rayos directos del sol, se disminuyen los ácaros. Por eso conviene que la habitación sea luminosa, soleada, y bien ventilada.

Los ácaros también se eliminan con el frío. Aunque es una medida poco práctica, si puede introducir la almohada dentro de una bolsa en el congelador, matará a los ácaros, que luego debe aspirar.

Índice de contenidos

Índice de contenidos

¿Qué son los ácaros?

Los ácaros son una subclase de arácnidos. Miden entre 0.2-0.5 mm, por lo que no se ven a simple vista. Se necesita un microscopio.

Actualmente hay hasta 50.000 especies descritas pero sólo 25 se relacionan con enfermedades alérgicas.

Los síntomas de alergia que pueden producir abarcan la rinitis, conjuntivitis, asma, dermatitis atópica..

Cuando se toman alimentos con harina contaminada con ácaros pueden dar reacciones digestivas y de anafilaxia, aunque esto es algo excepcional.

¿Dónde viven los ácaros?

De forma clásica los ácaros se han diferenciado en función del hábitat donde se localicen, esto es, en las viviendas o en los almacenes.

En función de donde los encontremos pertenecerán a uno u otro tipo, aunque hoy día se sabe que puede haber ácaros de almacenamiento también en las casas.

EN LAS VIVIENDAS

Los llamados ácaros domésticos son los que se encuentran en el polvo de las casas. Viven dentro de las casas y por tanto, no están en el polvo de la calle.

Se acumulan en lugares oscuros y donde obtengan alimento.

Los ácaros comen escamas de piel humana.

Las personas van renovando su piel poco a poco. En el plazo de 20-30 días renuevan totalmente la piel, que se va desprendiendo poco a poco en escamas microscópicas. Esas escamas se van colando entre los poros que dejan los hilos de la ropa, y se van acumulando en lugares como sofás, y sobre todo en colchones y almohadas, que son los lugares donde más abundan los ácaros.

Esta particularidad les confiere el nombre de dermatophagoides: dermato (piel) y phagoides (que comen).

Entre los ácaros del polvo o domésticos destacan Dermatophagoides pteronyssinus y Dermatophagoides farinae.

Otros ácaros de interés son Blomia tropicalis, Dermatophagoides microceras y Euroglyphus maynei.

EN LOS ALMACENES

Los ácaros que habitan en los almacenes se llaman de depósito o de almacenamiento.

Entre los ácaros de almacenamiento destacan Acarus siro, Lepidoglyphus destructor y Tyrophagus putrescentiae.

En general todos los ácaros, pero sobre todo los de almacenamiento, pueden vivir en lugares donde se almacenan alimentos vegetales, especialmente harinas.

Según las condiciones climáticas puede variar la proporción de unos ácaros u otros.

¿Hay ácaros en todas las regiones?

Los ácaros necesitan unas condiciones de humedad del 70% y una temperatura alrededor de los 21ºC. Esto se da especialmente en zonas costeras y en islas.

En zonas de meseta disminuyen los ácaros, y son causa poco frecuente de alergia.

En zonas de montaña llegan a desaparecer prácticamente.

¿En qué época hay más ácaros?

En las épocas de primavera, y sobre todo otoño, que es cuando se dan las condiciones ideales de temperatura y humedad, es cuando más proliferan los ácaros.

En esa época suelen empeorar las personas con alergia a los ácaros.

Pero también es una época en la que hay más hongos, y además coincide con la vuelta de los niños al colegio y hay más infecciones por virus.

Por eso el hecho de empeorar en otoño no se puede atribuir siempre a los ácaros. Todos estos factores pueden actuar por separado o se pueden solapar unos a otros, multiplicando sus efectos sobre los síntomas.

¿Cómo dan alergia los ácaros?

Los ácaros son microscópicos, pero no penetran en el cuerpo humano. Van desprendiendo partículas, que flotan en el aire, y que son las que se respiran y causan alergia.

Las partículas que más alergia dan se encuentran en las heces de los ácaros.

Cuando los ácaros mueren, el cuerpo se va desintegrando en partículas que también dan alergia. Los ácaros vivos se agarran con sus patas al lugar donde viven y no flotan.

Si alguien alérgico respira bruscamente gran cantidad de ácaros (por ejemplo en un desván o revolviendo trastos sucios) puede tener un ataque agudo de síntomas de asma o de rinoconjuntivitis. Esto puede ser evidente.

Lo que no es evidente es cuando se respiran diariamente o casi diariamente cantidades pequeñas y repetidas de ácaros. Pueden no causar síntomas agudos, pero esas pequeñas cantidades van causando una inflamación interna de los bronquios.

Esa inflamación continua hace que los bronquios sean más sensibles a toda clase de estímulos: infecciones, otras alergias, ejercicio, aire frío, contaminación, etc. Esos estímulos causan entonces síntomas agudos y desorientan sobre la culpa de los ácaros. Esos estímulos no causarían síntomas si los bronquios no tuvieran inflamación previa debida a los ácaros.

Lo mismo que en los bronquios sucede en la nariz y en los ojos.

¿Cuándo se sospecha la alergia a ácaros?

Cuando los síntomas de conjuntivitis, rinitis o asma aparecen en épocas otoñales o en relación con exposición a polvo, la sospecha que sea por alergia a los ácaros es mayor, aunque no siempre se confirme.

Como es una alergia muy frecuente y aunque en principio no parezcan sospechosos, se suelen estudiar de forma rutinaria en todas las personas con esos síntomas.

¿Cómo se estudia la alergia a ácaros?

Una buena historia clínica realizada por el facultativo y la exploración física del paciente (auscultación pulmonar, valorar mucosa nasal, ver el estado de la piel, si existe o no dermatitis…) orientará hacia los ácaros el origen de los síntomas que sufre el paciente.

Para realizar el diagnóstico de certeza se realizarán pruebas cutáneas (prick-test) con los alérgenos de ácaros. La selección de alérgenos variará de unas regiones a otras en función del predominio de ácaro que exista.

El estudio puede completarse con una analítica en la que se determine la IgE especifica a ácaros.

De forma más excepcional se pueden realizar pruebas de exposición controlada al alergeno (nasal, conjuntival, bronquial).

¿Qué se hace si se tiene alergia a los ácaros?

En el tratamiento de las personas con alergia a los ácaros se contemplan dos tipos de tratamiento, compatibles entre sí, y que forman parte del tratamiento etiológico del asma y otras enfermedades alérgicas:

  1. La evitación del alérgeno
  2. La inmunoterapia o “vacunas de la alergia”.

Respecto a los detalles sobre estas últimas, se ofrece más información en la sección de inmunoterapia de nuestra web. En este apartado se comentan aspectos específicos de la evitación de ácaros.

Hay controversia sobre la eficacia de las medidas de evitación de ácaros, con datos a favor y en contra.

Consulte con el especialista las medidas más recomendables para su caso.

Lo más útil es hacer una evitación lo más integral posible, no una sola medida aislada. Para ello se recomiendan una serie de normas, la llamada desalergenización.

¿Dónde se deben hacer las normas para evitar ácaros?

Las partículas de ácaros flotan por toda la casa, y por tanto, es en toda la casa donde se deben seguir las normas, pero es en el dormitorio de la persona con alergia donde más perseverancia se debe tener, ya que allí pasa muchas horas respirando además, junto a la almohada y el colchón.

¿Cómo se hace la limpieza para evitar ácaros?

El polvo que contiene partículas de ácaros está flotando en el aire, se va depositando por efecto de la gravedad en el suelo y los objetos, y con las corrientes de aire que hacen las personas al moverse vuelve a flotar. Así permanece en un ciclo de subir y bajar continuamente.

El polvo se debe retirar con un paño húmedo o que lo atrape. No se debe sacudir con un trapo o con un plumero.

No es conveniente barrer con una escoba, sino usar una fregona o un aspirador.

Los aspiradores aspiran por el tubo, pero por la parte posterior del aspirador expulsan aire. Parte del polvo queda dentro de la bolsa, pero otra parte es expulsada de nuevo al aire de la habitación. Se recomiendan aspiradores con filtro de agua o filtro HEPA, que retienen al máximo las partículas de ácaros.

Se deben aspirar con frecuencia los sofás, y también la cama y el colchón de la persona alérgica, para retirar el polvo de las capas superficiales.

¿Cómo deben ser las habitaciones de los alérgicos a ácaros?

Han de ser lo más sencillas y menos recargadas posible. Todos los objetos que puedanacumular polvo, que sean difíciles de limpiar, se han de retirar o reducir al máximo.

Las paredes y el suelo han de ser lisos y fáciles de limpiar, retirando papeles pintados, moquetas y alfombras.

Si se usan cortinas, han de ser ligeras, fáciles de lavar, para lavarlas a menudo. Las persianas de láminas son difíciles de limpiar.

Hay que evitar cabeceros de cama tapizados, así como sillas o butacas de tela y cojines.

Los peluches y muñecos de tela acumulan polvo, por lo que se recomienda que se retiren, y que de ninguna manera el niño duerma con ellos.

Se deben cambiar por muñecos de plástico, lavables bajo el grifo.

¿Qué cama es recomendable para los alérgicos a ácaros?

Los colchones de muelles son huecos por dentro. Tienen unas capas de tejido arriba y abajo, pero por dentro, donde se alojan los muelles, están huecos. Ahí dentro hay mucho espacio para que se acumulen ácaros.

Se deben evitar también los colchones de lana.

Se recomiendan colchones macizos, de látex, de esponja, viscoelásticos, o de agua.

Desde el punto de vista de la alergia a los ácaros, es indiferente el material, sólo que no sean huecos. Se debe elegir el colchón según las características de comodidad y precio que más convengan.

Una alternativa es mantener el mismo colchón y usar una funda antiácaros, o una funda plástica que cubra el colchón por arriba y por abajo.

Las fundas antiácaros están hechas con tejido muy apretados, para que los poros que quedan entre los hilos sean tan pequeños que no permiten el paso de las partículas de ácaros.

Con respecto a las almohadas se hacen las mismas recomendaciones que con los colchones, tanto referente al material como a las fundas.

La ropa de cama debe ser fácil de lavar, evitando los edredones de plumas que son más difíciles de limpiar. Las sábanas conviene lavarlas semanalmente a temperatura de 60ºC.

¿Se puede usar calefacción o aire acondicionado?

La respuesta es que SÍ se pueden utilizar. Tanto las calefacciones como los aparatos de aire acondicionado resecan el ambiente. Al disminuir la humedad ambiental, se dificulta que se reproduzcan los ácaros y también los hongos.

Los filtros de los aparatos de calefacción o de aire acondicionado se han de limpiar con frecuencia, para que no suelten más polvo que lo que filtran.

¿Qué son los acaricidas?

Los acaricidas son sprays que matan a los ácaros.

No sirven los insecticidas que se usan para moscas o mosquitos.

Los acaricidas se esparcen por el colchón, almohada, muebles y resto de la habitación de la persona con alergia. Se deja que actúen unas horas, y después se ha de aspirar para eliminar los ácaros muertos.

Se deben usar cuando la persona alérgica no está presente.

¿Qué son los purificadores, desionizadores y deshumidificadores?

Son una serie de aparatos, de tamaño y precio variables, que se utilizan con el fin de disminuir la cantidad de partículas en el aire, no sólo de ácaros, sino también de otras sustancias.

Su utilidad es discutida, y se debe valorar individualmente la conveniencia de usarlos según los síntomas del paciente y la eficacia de otros tratamientos.

Consulte con el especialista su caso concreto.

¿Existen otras recomendaciones en la alergia a ácaros?

Los ácaros eligen sitios oscuros, alejados de la luz. Si es posible exponer el colchón y la almohada a los rayos directos del sol, se disminuyen los ácaros. Por eso conviene que la habitación sea luminosa, soleada, y bien ventilada.

Los ácaros también se eliminan con el frío. Aunque es una medida poco práctica, si puede introducir la almohada dentro de una bolsa en el congelador, matará a los ácaros, que luego debe aspirar.

Resumen de la evitación de ácaros

La alergia al polvo de casa o a los ácaros causa muy frecuentemente síntomas, esencialmente respiratorios, en regiones templadas y húmedas, cerca de la costa.

Los ácaros microscópicos desprenden unas partículas que flotan en el aire y causan síntomas agudos y también inflamación crónica del aparato respiratorio de los alérgicos.

Se deben reducir todos los objetos que acumulan polvo, sobre todo en el dormitorio de las personas alérgicas.

Lalimpieza debe ser frecuente, pero hecha de modo que elimine el polvo y no sólo lo haga pasar de los objetos al aire que se respira.

Además de la evitación, se pueden usar vacunas contra los ácaros, que el especialista recomendará si están indicadas para cada caso.

Puede descargar una hoja con las Instrucciones para evitar los ácaros así como el Decálogo de evitación.