Bajo el término frutos secos se engloban diversos alimentos vegetales de distintas familias botánicas que se caracterizan por carecer de jugo. Se trata de frutos con una cáscara generalmente dura y un porcentaje de agua inferior al 50%.
En general cuando se habla de alergia a frutos secos suele hacerse referencia a:
–cacahuete (pertenece a la familia de las legumbres)
–frutos de cáscara (almendras, nueces, avellanas, pistachos, anacardos, castañas…)
–semillas (pipas de girasol, de calabaza, semillas de amapola, sésamo, piñones…).
A pesar de pertenecer a familias de alimentos diferentes puede existir “reactividad cruzada” entre ellos, de manera que los pacientes alérgicos pueden presentar reacciones con varios de ellos. Esto ocurre porque hay proteínas similares dentro de las distintas familias de alimentos.
No son frutos secos los altramuces (leguminosa) ni los quicos de maíz (cereal). Tampoco lo son los garbanzos (leguminosa) que a veces vienen en las bolsas de “chucherías”.