Alergia a la leche de vaca

Los componentes de la leche que causan alergia son las proteínas. Por eso es más adecuado decir alergia a las proteínas de leche de vaca, a menudo escrita como APLV. La APLV se define como una reacción adversa (no deseada) de origen inmunológico que presentan algunas personas cuando toman leche, derivados lácteos, así como los alimentos preparados que llevan leche o derivados en su composición. La alergia también puede aparecer por tocar leche o derivados, o por contactos indirectos a través de otras personas. Es la alergia alimentaria más frecuente en menores de 1 año. Aquí trataremos aspectos especiales de la APLV, aunque se repetirán algunos detalles generales sobre la alergia a alimentos, que se comentan en otra zona de esta web. Se recomienda leer en primer lugar el apartado de Generalidades de alergia a alimentos, y posteriormente los aspectos específicos referentes a las proteínas de leche de vaca.

La leche tiene diversas vitaminas y minerales, pero los componentes principales son de tres tipos: los que llamamos hidratos de carbono, glúcidos o azucares, los que llamamos lípidos o grasas, y los que llamamos prótidos o proteínas. El hidrato de carbono de la leche es la lactosa, las grasas son mayoritariamente triglicéridos, y finalmente tiene de 20 a 30 proteínas.

La alergia a la lactosa no existe como tal. La lactosa es uno de los muchos componentes de la leche. Es un hidrato de carbono o azúcar que se encuentra en la leche, y que puede causar a veces síntomas digestivos provocados por intolerancia a la lactosa. Decir alergia a la lactosa es un error.

La lactosa, para absorberse desde el intestino, sufre la acción de una enzima llamada lactasa. Algunas personas no tienen suficiente cantidad de lactasa y no pueden digerir (“romper”) la lactosa; esta permanece en el intestino, no se absorbe y da lugar a diarrea, dolores tipo cólico y otros síntomas. Esta reacción no es, por tanto, de mecanismo inmunológico. La intolerancia a la lactosa de los niños suele aparecer a causa de alguna infección intestinal. La infección causa una lesión en las capas internas del intestino, y se pierde la enzima lactasa. Hasta que se repara esa lesión y se recupera la enzima, el niño presenta intolerancia a la lactosa transitoria. Hay un número muy reducido de niños que pueden tener un déficit congénito, una falta de la enzima lactasa desde el nacimiento, y que persistirá toda la vida, presentando síntomas cada vez que consuma alimentos con lactosa. Es frecuente que algunas personas, con el paso del tiempo, vayan perdiendo total o parcialmente la enzima, y al hacerse adultos se hagan intolerantes a la lactosa. Esta pérdida de la enzima en la edad adulta no se recupera.

Mientras dura la intolerancia se ha de evitar la lactosa en la alimentación. En lactantes se usan leches especiales sin lactosa. Si el diagnóstico no se retrasa, suele recuperarse en unos 20 días. Si se retrasa, puede producirse una lesión del intestino que necesitará más tiempo para recuperarse. Las formas congénitas y las del adulto no se recuperan, y han de evitar la lactosa siempre. Donde más lactosa hay es en la leche líquida. Los yogures y otros derivados lácteos tienen menos cantidad de lactosa; si alguien tiene una falta parcial pero no completa de la enzima lactasa, puede tolerar esos derivados mejor que la leche líquida.

Los lípidos o grasas no causan alergia. Las personas con alguna enfermedad digestiva del páncreas pueden tener incapacidad para digerir las grasas y se presentan diarreas y malabsorción. Cuando el intestino está dañado por alguna infección u otro problema intestinal, también aparecen diarreas, que prolonga la lesión intestinal.

Los componentes que dan alergia son las proteínas. El primer grupo incluye las tres principales proteínas, que son la caseína, la alfa-lactoalbúmina, y la beta-lactoglobulina. Estas proteínas están en la leche líquida y en todos sus derivados, pero no en la carne de vacuno. El segundo grupo incluye otras proteínas, como la seroalbúmina o albúmina sérica bovina, la lactoferrina, diversas inmunoglobulinas, y otras. Estas proteínas están tanto en la leche líquida como en la carne de vacuno. Se puede tener alergia a una sola proteína o a varias. Si se tiene alergia a alguna proteína del segundo grupo, el niño no podrá tomar leche de vaca o derivados, y en ocasiones, tampoco carne de ternera. Si la alergia es a cualquiera del primer grupo, pero a ninguna del segundo, no podrá tomar leche ni derivados, pero sí que se puede tomar carne de ternera, que es lo que ocurre en la mayoría de los casos. La leche de otros mamíferos, como cabra u oveja, también tiene caseína, lactoalbúmina, seroalbúmina, etc. No son exactamente iguales, pero algunas son muy parecidas a las de la vaca, y por tanto se deben evitar en la alergia a proteína de leche de vaca.

Puede aparecer en cualquier persona, pero la mayoría de los casos aparece en niños menores del año de edad. Las alergias no se tienen desde el nacimiento, sino que se van desarrollando poco a poco. La leche de fórmula que toman los bebés se obtiene casi totalmente de la leche de vaca. Esta leche sufre algunas modificaciones, se le quitan algunos componentes y se les añaden otros, para hacerla parecida a la leche materna, pero las proteínas son las mismas que en la leche de vaca normal.

Como el resto de alergias, puede no aparecer la primera vez que se toma leche. El niño tiene que haber tenido contacto previamente, aunque uno no se sea consciente de ello. Para causar síntomas evidentes se necesita una cantidad suficiente del alimento. Cantidades de trazas pueden no ser capaces de causar esos síntomas y sí aparecer cuando el niño toma una cantidad mayor. Parte de los alimentos que toma una madre que da el pecho pasan a la leche materna. Así, un lactante puede estar tomando trazas de proteínas de leche de vaca a través del pecho; esa cantidad mínima, puede ser capaz de generar una alergia, pero no de causar síntomas evidentes. Cuando el niño toma más volumen (una toma de biberón, por ejemplo), la cantidad de proteínas de leche de vaca es mucho mayor y pueden aparecer los síntomas evidentes.

Hay dos clases: la alergia mediada por anticuerpos IgE o alergia clásica, y la alergia no mediada por IgE, conocida previamente como intolerancia a las proteínas de leche de vaca. No se debe confundir la intolerancia a las proteínas de leche de vaca con la intolerancia a la lactosa, comentada más arriba. Se debe recordar que hablar de alergia a la lactosa es un error. Existe también un tipo de alergia alimentaria a proteínas de leche de vaca de mecanismo mixto, en el que se mezclan características de las anteriores.

Puede dar síntomas muy variados. Los síntomas de piel pueden ser urticaria, edema o inflamación, o bien dermatitis atópica. Los síntomas respiratorios son dificultad para respirar, rinitis y conjuntivitis. Puede causar síntomas digestivos como dolores cólicos, vómitos y regurgitaciones, diarreas de intensidad variable y hemorragias del tubo digestivo, con sangre en los vómitos o en las heces. Finalmente puede causar reacciones de anafilaxia.

La alergia por anticuerpos IgE tiende a dar más urticaria y edema, síntomas respiratorios, y anafilaxia. También puede dar, pero menos frecuentemente, síntomas digestivos.

La alergia no mediada por IgE tiende a dar más síntomas digestivos. Menos frecuentes son los síntomas respiratorios y de urticaria y edema. Esa división de síntomas es lo más frecuente, pero no siempre se da, de modo que cualquier síntoma puede aparecer tanto en la alergia a proteínas de leche de vaca mediada por IgE como no mediada por IgE. Además, esos síntomas pueden aparecer por alergias diferentes a las proteínas de leche de vaca, y por causas en las cuales no hay ninguna alergia.

En la alergia de mecanismo mixto se englobarían la dermatitis atópica y las gastroenteropatías eosinofílicas.

La alergia se va desarrollando sin dar síntomas hasta que alcanza un nivel a partir del cual aparecen los síntomas evidentes. Para que se den esos síntomas se necesita una cantidad suficientemente grande de proteínas de leche de vaca. Los niños que han tomado lactancia materna suelen presentar síntomas desde los primeros días que toman biberón, lo más típico desde el primer biberón.

La alergia mediada por IgE suele ser inmediata; aparece casi siempre antes de una hora, a veces en muy pocos minutos, tras tomar las proteínas de leche de vaca.

La alergia no mediada por IgE es más tardía; aparece tras más de dos horas, a veces incluso varios días del contacto con las proteínas de leche de vaca. Con esta división ocurre igual que con los síntomas, no es constante, sino que puede haber apariciones no típicas.

Cada persona alérgica tiene un límite individual. Así, hay niños que no presentan síntomas hasta que ingieren una gran cantidad, y otros que pueden tener una reacción grave simplemente al contacto con trazas.

Se sospecha fácilmente cuando aparecen los síntomas inmediatamente tras tomar o tocar leche o derivados, sobre todo si son los más típicos, de tipo urticaria y edema. Si los síntomas tardan varias horas o días en aparecer, como ocurre en la alergia no IgE mediada, son más difíciles de relacionar.

Igual que otras alergias, con pruebas de piel (prick test), análisis de sangre (determinación de IgE específica) y prueba de exposición (provocación).

El tipo de síntomas y el tiempo que tardan en aparecer orientan sobre si es o no mediada por IgE. En el caso de la IgE mediada, la aparición casi siempre en menos de 1 hora desde la ingesta, junto con pruebas cutáneas o IgE específica a leche positivas, confirmarían el diagnóstico.

En el caso de la alergia no IgE mediada, las pruebas cutáneas y la IgE a leche serán negativas en la mayoría de los niños, pero la exposición a las proteínas de leche de vaca desencadenará los síntomas de forma más tardía que la alergia mediada por IgE.

El tratamiento de la reacción aguda es el correspondiente a los síntomas. Antihistamínicos para las reacciones de piel, de nariz y de ojos, broncodilatadores para el broncoespasmo y líquidos intravenosos para tratar la eventual deshidratación. En las reacciones anafilácticas se usa la adrenalina.

El tratamiento preventivo para evitar síntomas es la dieta exenta de proteínas de leche de vaca. En el caso de la alergia mediada por IgE, se está empleando la desensibilización, que consiste en la administración continua, repetitiva y cantidades progresivamente mayores de proteínas de leche de vaca, hasta conseguir tolerancia a las mismas.

La dieta se usa tanto en la alergia mediada por IgE como no mediada por IgE. Se debe evitar la leche de vaca y sus derivados, así como los alimentos que tienen proteínas de leche de vaca entre sus ingredientes. Hay que leer la lista de ingredientes de todos los alimentos preparados que se compran. Para saber con qué nombres pueden aparecer las proteínas de leche de vaca, podrá verlo en otro apartado de esta web (aquí).

Es obligado que los lactantes tomen leches especiales de farmacia cuando no tienen suficiente con la leche materna. Las leches especiales más usadas son las extensamente hidrolizadas, las bebidas de soja y arroz. Las extensamente hidrolizadas tienen proteínas de leche de vaca partidas en fragmentos muy pequeños para que disminuya su capacidad de dar alergia. Las bebidas de soja se extraen de la planta de la soja y tienen proteínas que no tienen nada de relación con las proteínas de leche de vaca. Tanto unas leches como otras se someten a modificaciones para que tengan la cantidad de nutrientes, vitaminas y minerales adecuada para los lactantes. Hay otras leches llamadas elementales, que llevan aminoácidos, los fragmentos mínimos de las proteínas, para perder totalmente la capacidad de dar alergia. Se usan en general cuando el niño no responde bien a las leches anteriores. Existen unas leches llamadas parcialmente hidrolizadas (hipoalergénicas), en las que las proteínas de leche de vaca presentan un tamaño menor a las fórmulas normales pero mayor a las extensamente hidrolizadas, por lo que no se recomiendan actualmente para la alergia ya que pueden producir síntomas.

Si el niño es un bebé que toma lactancia materna, la madre puede tomar alimentos con proteínas de leche de vaca salvo que el pediatra indique lo contrario.

En realidad, no necesitan tomar ninguna leche por obligación, siempre que el resto de la dieta sea variada, tomando carnes, pescados, verduras, hortalizas, cereales, etc. Pueden tomar, a su gusto, bebidas vegetales de soja o de almendras, pero sabiendo que las bebidas de almendras no tienen el mismo valor nutritivo que la leche de vaca o las bebidas de soja.

Las leches especiales para lactantes están equilibradas para que resulten tan nutritivas como la leche que usan los lactantes no alérgicos. No se necesita ningún aporte extra de vitaminas o minerales. En los niños mayores y adultos no aparece ningún déficit de vitaminas, minerales, etc., si se sigue una dieta variada por otra parte. Los nutrientes que aportan los lácteos se compensan si se toma alimentación con carnes, pescados, frutas, verduras, etc. Incluso el calcio se compensa con alimentación variada. Si el niño tiene otras alergias alimentarias además de la alergia a proteínas de leche de vaca y su alimentación se ve muy limitada, es conveniente una valoración y seguimiento por un especialista en nutrición.

Como se comenta más arriba, se puede tener alergia a proteínas que están sólo en la leche líquida y derivados, que es lo más frecuente, o a proteínas que también están en la carne de ternera. Más del 90% de los alérgicos a proteínas de leche de vaca pueden tomar carne. Cada paciente debe consultar su caso particular con su especialista.

Habitualmente no. No deben tomar leche ni derivados lácteos de cabra, oveja, etc. Las proteínas de estas leches son muy parecidas a las de la vaca, y pueden causar síntomas. A menos que el especialista lo autorice, no se deben tomar. La leche de camella, yegua o burra se parece menos a la leche de vaca y podría ser que algunos de los niños alérgicos a proteínas de leche de vaca la tolerasen. No obstante, cada caso debe estudiarse de forma individual.

Al evitar las proteínas de leche de vaca deben desaparecer los síntomas. La desaparición de la alergia en sí misma se da en la gran mayoría de los niños tras hacer dieta sin proteínas de leche de vaca durante un periodo variable, que puede ser de pocos meses hasta varios años. Las alergias no IgE mediadas suelen superarse a los 2 años, y en el caso de la alergia mediada por IgE, a los 6 años el 90% la habrán superado. Si no desaparece la alergia IgE mediada a proteínas de leche de vaca, se puede plantear la desensibilización.

La desensibilización consiste en ir tomando cantidades al principio pequeñas de proteínas de leche de vaca, e ir aumentando esa cantidad poco a poco hasta llegar a una dosis de un vaso de leche, o lo máximo tolerado. Se usa en caso de alergia mediada por anticuerpos IgE, ya que no sirve para la alergia no mediada por IgE.

La sensibilización a proteínas de leche de vaca indica que se tienen anticuerpos IgE frente a las proteínas de leche de vaca, anticuerpos que se identifican mediante pruebas de piel (prick test) o análisis de sangre (determinación de IgE específica a proteínas de leche de vaca). Con el paso del tiempo pueden desaparecer, pero en algunos pacientes pueden estar presentes toda la vida, aunque el paciente tolere las proteínas de leche de vaca. Algunos niños que de lactantes tienen anticuerpos y síntomas (es decir, son alérgicos), al hacerse mayores son capaces de tomar y digerir las proteínas de leche de vaca sin problema, aunque las pruebas sigan siendo positivas (es decir, están solo sensibilizados). El especialista decide cuándo es el momento apropiado para hacer una prueba de provocación en un niño que sigue con pruebas o analítica positivas.

Los niños con alergia a proteínas de leche de vaca tienen un mayor riesgo a desarrollar alergia a otros alimentos que los niños sin alergia, si bien no es lo más frecuente.

El tener alergia a proteínas de leche de vaca IgE mediada en la época de lactante es un factor de riesgo para desarrollar nuevas alergias en el futuro, alergias a alérgenos ambientales. Esto ocurre sobre todo en niños que llamamos atópicos, que genéticamente tienen gran facilidad para desarrollar alergia. Suelen tener además una IgE total elevada, dermatitis atópica, asma o rinitis.

El riesgo de aparición de alergias ambientales en los niños con alergia a proteínas de leche de vaca no IgE mediada es el mismo riesgo que el de los niños sin alergia.

La introducción de otros alimentos en un niño alérgico a proteínas de leche de vaca no debe diferir de la que se realiza en un niño sin alergia. Deberá realizarse según las indicaciones de su pediatra, separando un tiempo prudencial entre los distintos alimentos.

Los recién nacidos que son hijos de padres con alergia a proteínas de leche de vaca o que tienen un hermano alérgico a proteínas de leche de vaca, presentarán un riesgo algo mayor de lo habitual de que también les aparezca alergia a proteínas de leche de vaca.

Las madres no deberían realizar unas medidas dietéticas especiales durante el embarazo o la lactancia, salvo que su médico indique lo contrario.

En niños con alto riesgo para desarrollar alergia a proteínas de leche de vaca, las recomendaciones serían igual que en un niño no alérgico (lactancia materna exclusiva durante los primeros meses, y si no es posible o requiere suplementación, recibirá leche de fórmula adaptada).

Índice de contenidos

Índice de contenidos

¿Qué componentes tiene la leche?

La leche tiene diversas vitaminas y minerales, pero los componentes principales son de tres tipos: los que llamamos hidratos de carbono, glúcidos o azucares, los que llamamos lípidos o grasas, y los que llamamos prótidos o proteínas. El hidrato de carbono de la leche es la lactosa, las grasas son mayoritariamente triglicéridos, y finalmente tiene de 20 a 30 proteínas.

¿Existe la alergia a la lactosa?

La alergia a la lactosa no existe como tal. La lactosa es uno de los muchos componentes de la leche. Es un hidrato de carbono o azúcar que se encuentra en la leche, y que puede causar a veces síntomas digestivos provocados por intolerancia a la lactosa. Decir alergia a la lactosa es un error.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La lactosa, para absorberse desde el intestino, sufre la acción de una enzima llamada lactasa. Algunas personas no tienen suficiente cantidad de lactasa y no pueden digerir (“romper”) la lactosa; esta permanece en el intestino, no se absorbe y da lugar a diarrea, dolores tipo cólico y otros síntomas. Esta reacción no es, por tanto, de mecanismo inmunológico. La intolerancia a la lactosa de los niños suele aparecer a causa de alguna infección intestinal. La infección causa una lesión en las capas internas del intestino, y se pierde la enzima lactasa. Hasta que se repara esa lesión y se recupera la enzima, el niño presenta intolerancia a la lactosa transitoria. Hay un número muy reducido de niños que pueden tener un déficit congénito, una falta de la enzima lactasa desde el nacimiento, y que persistirá toda la vida, presentando síntomas cada vez que consuma alimentos con lactosa. Es frecuente que algunas personas, con el paso del tiempo, vayan perdiendo total o parcialmente la enzima, y al hacerse adultos se hagan intolerantes a la lactosa. Esta pérdida de la enzima en la edad adulta no se recupera.

¿Cómo se trata la intolerancia a la lactosa?

Mientras dura la intolerancia se ha de evitar la lactosa en la alimentación. En lactantes se usan leches especiales sin lactosa. Si el diagnóstico no se retrasa, suele recuperarse en unos 20 días. Si se retrasa, puede producirse una lesión del intestino que necesitará más tiempo para recuperarse. Las formas congénitas y las del adulto no se recuperan, y han de evitar la lactosa siempre. Donde más lactosa hay es en la leche líquida. Los yogures y otros derivados lácteos tienen menos cantidad de lactosa; si alguien tiene una falta parcial pero no completa de la enzima lactasa, puede tolerar esos derivados mejor que la leche líquida.

¿Qué problemas dan las grasas de la leche?

Los lípidos o grasas no causan alergia. Las personas con alguna enfermedad digestiva del páncreas pueden tener incapacidad para digerir las grasas y se presentan diarreas y malabsorción. Cuando el intestino está dañado por alguna infección u otro problema intestinal, también aparecen diarreas, que prolonga la lesión intestinal.

¿Qué componentes de la leche dan alergia?

Los componentes que dan alergia son las proteínas. El primer grupo incluye las tres principales proteínas, que son la caseína, la alfa-lactoalbúmina, y la beta-lactoglobulina. Estas proteínas están en la leche líquida y en todos sus derivados, pero no en la carne de vacuno. El segundo grupo incluye otras proteínas, como la seroalbúmina o albúmina sérica bovina, la lactoferrina, diversas inmunoglobulinas, y otras. Estas proteínas están tanto en la leche líquida como en la carne de vacuno. Se puede tener alergia a una sola proteína o a varias. Si se tiene alergia a alguna proteína del segundo grupo, el niño no podrá tomar leche de vaca o derivados, y en ocasiones, tampoco carne de ternera. Si la alergia es a cualquiera del primer grupo, pero a ninguna del segundo, no podrá tomar leche ni derivados, pero sí que se puede tomar carne de ternera, que es lo que ocurre en la mayoría de los casos. La leche de otros mamíferos, como cabra u oveja, también tiene caseína, lactoalbúmina, seroalbúmina, etc. No son exactamente iguales, pero algunas son muy parecidas a las de la vaca, y por tanto se deben evitar en la alergia a proteína de leche de vaca.

¿En quién aparece la alergia a proteínas de leche de vaca?

Puede aparecer en cualquier persona, pero la mayoría de los casos aparece en niños menores del año de edad. Las alergias no se tienen desde el nacimiento, sino que se van desarrollando poco a poco. La leche de fórmula que toman los bebés se obtiene casi totalmente de la leche de vaca. Esta leche sufre algunas modificaciones, se le quitan algunos componentes y se les añaden otros, para hacerla parecida a la leche materna, pero las proteínas son las mismas que en la leche de vaca normal.

¿La alergia a proteínas de leche de vaca aparece la primera vez que se toma leche?

Como el resto de alergias, puede no aparecer la primera vez que se toma leche. El niño tiene que haber tenido contacto previamente, aunque uno no se sea consciente de ello. Para causar síntomas evidentes se necesita una cantidad suficiente del alimento. Cantidades de trazas pueden no ser capaces de causar esos síntomas y sí aparecer cuando el niño toma una cantidad mayor. Parte de los alimentos que toma una madre que da el pecho pasan a la leche materna. Así, un lactante puede estar tomando trazas de proteínas de leche de vaca a través del pecho; esa cantidad mínima, puede ser capaz de generar una alergia, pero no de causar síntomas evidentes. Cuando el niño toma más volumen (una toma de biberón, por ejemplo), la cantidad de proteínas de leche de vaca es mucho mayor y pueden aparecer los síntomas evidentes.

¿Qué clases de alergia a proteínas de leche de vaca existen?

Hay dos clases: la alergia mediada por anticuerpos IgE o alergia clásica, y la alergia no mediada por IgE, conocida previamente como intolerancia a las proteínas de leche de vaca. No se debe confundir la intolerancia a las proteínas de leche de vaca con la intolerancia a la lactosa, comentada más arriba. Se debe recordar que hablar de alergia a la lactosa es un error. Existe también un tipo de alergia alimentaria a proteínas de leche de vaca de mecanismo mixto, en el que se mezclan características de las anteriores.

¿Qué síntomas da la alergia a proteínas de leche de vaca?

Puede dar síntomas muy variados. Los síntomas de piel pueden ser urticaria, edema o inflamación, o bien dermatitis atópica. Los síntomas respiratorios son dificultad para respirar, rinitis y conjuntivitis. Puede causar síntomas digestivos como dolores cólicos, vómitos y regurgitaciones, diarreas de intensidad variable y hemorragias del tubo digestivo, con sangre en los vómitos o en las heces. Finalmente puede causar reacciones de anafilaxia.

La alergia por anticuerpos IgE tiende a dar más urticaria y edema, síntomas respiratorios, y anafilaxia. También puede dar, pero menos frecuentemente, síntomas digestivos.

La alergia no mediada por IgE tiende a dar más síntomas digestivos. Menos frecuentes son los síntomas respiratorios y de urticaria y edema. Esa división de síntomas es lo más frecuente, pero no siempre se da, de modo que cualquier síntoma puede aparecer tanto en la alergia a proteínas de leche de vaca mediada por IgE como no mediada por IgE. Además, esos síntomas pueden aparecer por alergias diferentes a las proteínas de leche de vaca, y por causas en las cuales no hay ninguna alergia.

En la alergia de mecanismo mixto se englobarían la dermatitis atópica y las gastroenteropatías eosinofílicas.

¿A qué edad suelen aparecer los síntomas de alergia a proteínas de leche de vaca?

La alergia se va desarrollando sin dar síntomas hasta que alcanza un nivel a partir del cual aparecen los síntomas evidentes. Para que se den esos síntomas se necesita una cantidad suficientemente grande de proteínas de leche de vaca. Los niños que han tomado lactancia materna suelen presentar síntomas desde los primeros días que toman biberón, lo más típico desde el primer biberón.

¿Cuánto tardan en aparecer los síntomas de alergia a proteínas de leche de vaca?

La alergia mediada por IgE suele ser inmediata; aparece casi siempre antes de una hora, a veces en muy pocos minutos, tras tomar las proteínas de leche de vaca.

La alergia no mediada por IgE es más tardía; aparece tras más de dos horas, a veces incluso varios días del contacto con las proteínas de leche de vaca. Con esta división ocurre igual que con los síntomas, no es constante, sino que puede haber apariciones no típicas.

¿Cuánta cantidad de proteínas de leche de vaca provoca síntomas?

Cada persona alérgica tiene un límite individual. Así, hay niños que no presentan síntomas hasta que ingieren una gran cantidad, y otros que pueden tener una reacción grave simplemente al contacto con trazas.

¿Cuándo se sospecha la alergia a proteínas de leche de vaca?

Se sospecha fácilmente cuando aparecen los síntomas inmediatamente tras tomar o tocar leche o derivados, sobre todo si son los más típicos, de tipo urticaria y edema. Si los síntomas tardan varias horas o días en aparecer, como ocurre en la alergia no IgE mediada, son más difíciles de relacionar.

¿Cómo se estudia la alergia a proteínas de leche de vaca?

Igual que otras alergias, con pruebas de piel (prick test), análisis de sangre (determinación de IgE específica) y prueba de exposición (provocación).

¿Cómo se diferencian las alergias a proteínas de leche de vaca IgE mediada y no IgE mediada?

El tipo de síntomas y el tiempo que tardan en aparecer orientan sobre si es o no mediada por IgE. En el caso de la IgE mediada, la aparición casi siempre en menos de 1 hora desde la ingesta, junto con pruebas cutáneas o IgE específica a leche positivas, confirmarían el diagnóstico.

En el caso de la alergia no IgE mediada, las pruebas cutáneas y la IgE a leche serán negativas en la mayoría de los niños, pero la exposición a las proteínas de leche de vaca desencadenará los síntomas de forma más tardía que la alergia mediada por IgE.

¿Cuál es el tratamiento de la alergia a las proteínas de leche de vaca?

El tratamiento de la reacción aguda es el correspondiente a los síntomas. Antihistamínicos para las reacciones de piel, de nariz y de ojos, broncodilatadores para el broncoespasmo y líquidos intravenosos para tratar la eventual deshidratación. En las reacciones anafilácticas se usa la adrenalina.

El tratamiento preventivo para evitar síntomas es la dieta exenta de proteínas de leche de vaca. En el caso de la alergia mediada por IgE, se está empleando la desensibilización, que consiste en la administración continua, repetitiva y cantidades progresivamente mayores de proteínas de leche de vaca, hasta conseguir tolerancia a las mismas.

¿Cuál es la dieta para la alergia a proteínas de leche de vaca?

La dieta se usa tanto en la alergia mediada por IgE como no mediada por IgE. Se debe evitar la leche de vaca y sus derivados, así como los alimentos que tienen proteínas de leche de vaca entre sus ingredientes. Hay que leer la lista de ingredientes de todos los alimentos preparados que se compran. Para saber con qué nombres pueden aparecer las proteínas de leche de vaca, podrá verlo en otro apartado de esta web (aquí).

¿Qué leche usan los lactantes con alergia a proteínas de leche de vaca?

Es obligado que los lactantes tomen leches especiales de farmacia cuando no tienen suficiente con la leche materna. Las leches especiales más usadas son las extensamente hidrolizadas, las bebidas de soja y arroz. Las extensamente hidrolizadas tienen proteínas de leche de vaca partidas en fragmentos muy pequeños para que disminuya su capacidad de dar alergia. Las bebidas de soja se extraen de la planta de la soja y tienen proteínas que no tienen nada de relación con las proteínas de leche de vaca. Tanto unas leches como otras se someten a modificaciones para que tengan la cantidad de nutrientes, vitaminas y minerales adecuada para los lactantes. Hay otras leches llamadas elementales, que llevan aminoácidos, los fragmentos mínimos de las proteínas, para perder totalmente la capacidad de dar alergia. Se usan en general cuando el niño no responde bien a las leches anteriores. Existen unas leches llamadas parcialmente hidrolizadas (hipoalergénicas), en las que las proteínas de leche de vaca presentan un tamaño menor a las fórmulas normales pero mayor a las extensamente hidrolizadas, por lo que no se recomiendan actualmente para la alergia ya que pueden producir síntomas.

¿La madre debe hacer dieta si está dando lactancia materna?

Si el niño es un bebé que toma lactancia materna, la madre puede tomar alimentos con proteínas de leche de vaca salvo que el pediatra indique lo contrario.

¿Qué leche usan los niños mayores y adultos con alergia a proteínas de leche de vaca?

En realidad, no necesitan tomar ninguna leche por obligación, siempre que el resto de la dieta sea variada, tomando carnes, pescados, verduras, hortalizas, cereales, etc. Pueden tomar, a su gusto, bebidas vegetales de soja o de almendras, pero sabiendo que las bebidas de almendras no tienen el mismo valor nutritivo que la leche de vaca o las bebidas de soja.

¿Puede aparecer algún déficit nutritivo si se evita la leche?

Las leches especiales para lactantes están equilibradas para que resulten tan nutritivas como la leche que usan los lactantes no alérgicos. No se necesita ningún aporte extra de vitaminas o minerales. En los niños mayores y adultos no aparece ningún déficit de vitaminas, minerales, etc., si se sigue una dieta variada por otra parte. Los nutrientes que aportan los lácteos se compensan si se toma alimentación con carnes, pescados, frutas, verduras, etc. Incluso el calcio se compensa con alimentación variada. Si el niño tiene otras alergias alimentarias además de la alergia a proteínas de leche de vaca y su alimentación se ve muy limitada, es conveniente una valoración y seguimiento por un especialista en nutrición.

¿Pueden tomar carne de vacuno los alérgicos a proteínas de leche de vaca?

Como se comenta más arriba, se puede tener alergia a proteínas que están sólo en la leche líquida y derivados, que es lo más frecuente, o a proteínas que también están en la carne de ternera. Más del 90% de los alérgicos a proteínas de leche de vaca pueden tomar carne. Cada paciente debe consultar su caso particular con su especialista.

¿Los alérgicos a proteínas de leche de vaca pueden tomar leche de cabra u oveja?

Habitualmente no. No deben tomar leche ni derivados lácteos de cabra, oveja, etc. Las proteínas de estas leches son muy parecidas a las de la vaca, y pueden causar síntomas. A menos que el especialista lo autorice, no se deben tomar. La leche de camella, yegua o burra se parece menos a la leche de vaca y podría ser que algunos de los niños alérgicos a proteínas de leche de vaca la tolerasen. No obstante, cada caso debe estudiarse de forma individual.

¿Cómo evoluciona la alergia a proteínas de leche de vaca?

Al evitar las proteínas de leche de vaca deben desaparecer los síntomas. La desaparición de la alergia en sí misma se da en la gran mayoría de los niños tras hacer dieta sin proteínas de leche de vaca durante un periodo variable, que puede ser de pocos meses hasta varios años. Las alergias no IgE mediadas suelen superarse a los 2 años, y en el caso de la alergia mediada por IgE, a los 6 años el 90% la habrán superado. Si no desaparece la alergia IgE mediada a proteínas de leche de vaca, se puede plantear la desensibilización.

¿Qué es la desensibilización a proteínas de leche de vaca?

La desensibilización consiste en ir tomando cantidades al principio pequeñas de proteínas de leche de vaca, e ir aumentando esa cantidad poco a poco hasta llegar a una dosis de un vaso de leche, o lo máximo tolerado. Se usa en caso de alergia mediada por anticuerpos IgE, ya que no sirve para la alergia no mediada por IgE.

¿Puede desaparecer la alergia a proteínas de leche de vaca si aun existe sensibilización?

La sensibilización a proteínas de leche de vaca indica que se tienen anticuerpos IgE frente a las proteínas de leche de vaca, anticuerpos que se identifican mediante pruebas de piel (prick test) o análisis de sangre (determinación de IgE específica a proteínas de leche de vaca). Con el paso del tiempo pueden desaparecer, pero en algunos pacientes pueden estar presentes toda la vida, aunque el paciente tolere las proteínas de leche de vaca. Algunos niños que de lactantes tienen anticuerpos y síntomas (es decir, son alérgicos), al hacerse mayores son capaces de tomar y digerir las proteínas de leche de vaca sin problema, aunque las pruebas sigan siendo positivas (es decir, están solo sensibilizados). El especialista decide cuándo es el momento apropiado para hacer una prueba de provocación en un niño que sigue con pruebas o analítica positivas.

¿Aparecen más alergias a alimentos en los alérgicos a proteínas de leche de vaca?

Los niños con alergia a proteínas de leche de vaca tienen un mayor riesgo a desarrollar alergia a otros alimentos que los niños sin alergia, si bien no es lo más frecuente.

¿Aparecen otro tipo de alergias en los alérgicos a proteínas de leche de vaca?

El tener alergia a proteínas de leche de vaca IgE mediada en la época de lactante es un factor de riesgo para desarrollar nuevas alergias en el futuro, alergias a alérgenos ambientales. Esto ocurre sobre todo en niños que llamamos atópicos, que genéticamente tienen gran facilidad para desarrollar alergia. Suelen tener además una IgE total elevada, dermatitis atópica, asma o rinitis.

El riesgo de aparición de alergias ambientales en los niños con alergia a proteínas de leche de vaca no IgE mediada es el mismo riesgo que el de los niños sin alergia.

¿Si se tiene alergia a proteínas de leche de vaca se debe retrasar la introducción de otros alimentos?

La introducción de otros alimentos en un niño alérgico a proteínas de leche de vaca no debe diferir de la que se realiza en un niño sin alergia. Deberá realizarse según las indicaciones de su pediatra, separando un tiempo prudencial entre los distintos alimentos.

¿Existe alguna precaución para los recién nacidos hermanos de un niño con alergia a proteínas de leche de vaca?

Los recién nacidos que son hijos de padres con alergia a proteínas de leche de vaca o que tienen un hermano alérgico a proteínas de leche de vaca, presentarán un riesgo algo mayor de lo habitual de que también les aparezca alergia a proteínas de leche de vaca.

Las madres no deberían realizar unas medidas dietéticas especiales durante el embarazo o la lactancia, salvo que su médico indique lo contrario.

En niños con alto riesgo para desarrollar alergia a proteínas de leche de vaca, las recomendaciones serían igual que en un niño no alérgico (lactancia materna exclusiva durante los primeros meses, y si no es posible o requiere suplementación, recibirá leche de fórmula adaptada).

Resumen de la alergia a proteínas de vacuno

Las proteínas de leche de vaca son una causa frecuente de alergia alimentaria, sobre todo en niños menores del año de edad. Los síntomas, la sospecha, el estudio y el tratamiento de la alergia a proteínas de leche de vaca son iguales a los de otras alergias a alimentos. El tratamiento consiste en hacer dieta evitando las proteínas de leche de vaca. En lactantes se utilizan leches especiales, con capacidad nutritiva adecuada y completa. La dieta debe evitar la leche líquida, los derivados lácteos, los alimentos con leche o sus componentes entre sus ingredientes, y las trazas. También se debe evitar la leche de otros animales, como cabra, oveja y otros, así como sus derivados. En general se puede tomar carne de ternera, con la autorización del especialista. Si la alergia a las proteínas de leche de vaca IgE mediada no acaba desapareciendo, se puede plantear la desensibilización. La alergia a proteínas de leche de vaca puede ser un indicador de otras alergias futuras.