Halloween es una celebración anglosajona que se ha ido extendiendo por todo el planeta y, en la actualidad, es una fecha esperada para millones de niños españoles. Como cualquier celebración, y más si están presentes disfraces y golosinas, es un reclamo para los más pequeños, pero no está exenta de riesgos, sobre todo, para los niños alérgicos.
Desde la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica) aportamos las claves para evitar que Halloween sea una fiesta accidentada para niños y adolescentes por culpa de las alergias.
- Revisa las etiquetas de los alimentos: si los niños van a pedir dulces cuando vuelvan a casa con ellos se debe leer cuidadosamente el etiquetado de todos los productos antes de comerlos y desechar aquellos sin etiqueta o si no está clara.
- Los profesores y monitores deben estar informados de las alergias: si van a realizar alguna actividad relacionada con Halloween es útil pedir información o sugerir que sea libre de comidas, pero si es inevitable se deben llevar sus propios productos bien identificados para evitar reacciones.
- Lleva siempre medicación de rescate: se debe comprobar ante de salir que se lleva toda la medicación de rescate que el pediatra alergólogo del niño ha recomendado
- Sustituir los regalos comestibles por otro tipo de objetos: sustituir los alimentos en el truco/trato y regalar algún objeto como puede ser un lápiz, una libreta, etc. Un ejemplo de ello es el proyecto Teal Pumkin. Su objetivo es conseguir que pedir dulces sea más seguro e inclusivo para los niños con alergias alimentarias y muchos otros afectados por intolerancias y otras afecciones. Colocar una calabaza verde azulado en la puerta de tu casa indica que, además de dulces, ofreces otro tipo de regalos que no son golosinas ni alimentos y que son seguras para todos los que hacen truco o trato.
- Precaución con el látex de los disfraces: este alérgeno no sólo está en los disfraces propiamente dichos (los trajes), sino que también es común en complementos como prótesis, guantes, máscaras, la decoración de terror, e incluso alguna vajilla de usar y tirar con decoraciones de Halloween… Hay que extremar la precaución y evitarlo si sabemos que va a haber algún niño alérgico a este elemento en la fiesta
- Utiliza maquillaje hipoalergénico: una de las acciones más comunes que se realizan en esta celebración es el pintado de caras para complementar los disfraces. En este aspecto, hay que prestar especial atención a la composición de los materiales con los que se han fabricado estas pinturas o maquillaje ya que pueden contener trazas o productos químicos que pueden provocar reacciones alérgicas o agravar los síntomas de patologías como la dermatitis atópica. Por ello, la mejor opción es usar maquillaje hipoalergénico.
- Ten cuidado con las lentillas de colores: pueden tener ciertos componentes químicos que pueden causar irritación ocular o conjuntivitis por lo que es recomendable que los niños eviten estos elementos en sus disfraces.
- Los niños deben estar siempre supervisados por un adulto que conozca su alergia: los adultos deben estar supervisando a los niños para evitar que los niños compartan comida o algún alimento.
- Limpiar bien los disfraces: es habitual reutilizar disfraces de años anteriores por ello es importante lavarlos por si tuvieran algún moho o ácaros
- Si usan máscaras, antifaces o caretas asegurarse que dejen despejados ojos, nariz y boca: pueden provocar, según su composición, desde reacciones alérgicas del aparato respiratorio hasta asma, en especial, aquellas que cubren la nariz y zonas circundante.