Alergia al frío: ¿Cómo identificarla y tratarla?

La urticaria por frío o urticaria “a frígore” se trata de un trastorno de la piel que consiste en la aparición de picor, enrojecimiento, habones y, en ocasiones, angioedema (tumefacción o hinchazón) tras la exposición a bajas temperaturas.

La urticaria por frío o urticaria “a frígore” se trata de un trastorno de la piel que consiste en la aparición de picor, enrojecimiento, habones y, en ocasiones, angioedema (tumefacción o hinchazón) tras la exposición a bajas temperaturas.

No solo la exposición al frio puede provocar urticara a frigore también la ingesta de alimentos muy frios o helados. Se trata de una afectación poco frecuente en la población sin bien su incidencia es más habitual en niños, adolescentes y jóvenes que en los adultos. 

La urticaria a frigore puede ser leve o muy grave. Los que la sufren en su forma más ligera, padecen picazón y enrojecimiento (que desaparece por sí solo al poco tiempo) al entrar en contacto con objetos a baja temperatura, mientras que en los casos más graves puede identificar una reacción sistémica con hipotensión llamada anafilaxia. Si la exposición es prolongada pueden darse reacciones severas como dolor abdominal, dificultad a la deglución, dificultad respiratoria, mareo y pérdida de conocimiento.

¿Cuál es su tratamiento?

La prevención es la mejor de las medidas para evitar sufrir una reacción alérgica al frío. En ocasiones, siempre que el pediatra alergólogo así lo recomiende, los síntomas de esta patología se pueden prevenir con un tratamiento basado en antihistamínicos consumidos unas horas antes de la exposición al frío. Los antihistamínicos bloquean el efecto de la histamina, una sustancia presente en nuestro organismo que tiene un gran protagonismo en los procesos relacionado con las reacciones alérgicas. En los casos moderados, se puede recurrir a otros fármacos como los antileucotrienos(montelukast).

 Los casos graves con urticaria generalizadas se recomienda un autoinyector de adrenalina. Un pediatra alergólogo evaluará el estado de salud del menor y diagnosticará la afectación para identificar sus causas y pautar un tratamiento.

La prueba más utilizada para confirmar el diagnóstico de una alergia al frío es el test del cubito de hielo. Se coloca en la cara anterior del antebrazo durante cuatro minutos y observar el área estimulada 10 minutos después; en los pacientes con urticaria por frio suele aparecer picor en la zona y un habón con la forma y el tamaño del cubito de hielo. A veces el resultado de este es negativo y se recure a otro tipo de pruebas como la inmersión del brazo en agua fría.

Recomendaciones de la SEICAP  

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) recuerda en estas fechas una serie de consejos para evitar sufrir por la reacción a las bajas temperaturas.

Si su hijo padece esta alergia la recomendación más obvia y efectiva es abrigarles de forma correcta en los días más fríos y asegurarse de que protejan las zonas que van a estar expuestas al aire gélido, especialmente las manos y la cara con guantes o bufandas. Además, se debe evitar el consumo de bebidas o alimentos demasiado fríos o darse baños en aguas muy heladas (para poder bañarse el agua tendría que estar a más de 25 grados). También es conveniente reducir al mínimo las actividades intensas, que pueden liberar más agentes irritantes en la piel.