Los alérgenos que con más frecuencia pueden causar alergia en niños son los alimentos, los ácaros de polvo, el polen, los hongos, los medicamentos o el veneno de avispas y abejas. Sin embargo, existen otras sustancias o productos que pueden ocasionar síntomas de alergia en los más pequeños.
Se define como alergia aquellas reacciones de defensa de nuestro organismo contra aquellas sustancias externas que penetran en el cuerpo, ya sea a través del aparato respiratorio, digestivo o cutáneo. El sistema inmune reconoce a estas sustancias como extrañas y las intenta neutralizar de diferentes formas. Con lo que, cualquier sustancia susceptible de ocasionar una reacción alérgica es llamada alérgeno. Los más comunes de nuestro entorno y que causan alergia con mayor frecuencia son los ácaros, los hongos, los pólenes, el epitelio de los animales, alimentos, medicamentos, látex y venenos de avispa y abejas. Existen otros alérgenos que pueden causar también alergia con menos frecuencia. En otras ocasiones hemos hablado de la alergia a las cucarachas y la alergia a las orugas procesionarias del pino, pero además existen estos otros alérgenos raros que pueden desencadenar una reacción alérgica.
Alergia a otros insectos
Además de las avispas y abejas y su veneno, las cucarachas y las orugas, existen otros insectos cuyas partículas que desprenden pueden causar también reacciones alérgicas, aunque se ha estudiado menos sobre ellas. Uno de esos insectos es el pez plata (Lepisma saccharina), un indicador de humedad que habita en ambientes oscuros y se puede localizar en casi todos los hogares, en lugares como los baños, las habitaciones o las despensas. También es común encontrarle en estanterías entre libros o periódicos. Se alimenta sobre todo de materia vegetal, como almidón y celulosa. Su sensibilización puede ser común en niños con alergia a los ácaros de polvo. Son muy difíciles de detectar, ya que no pican, y apenas se diagnostican, por lo que no hay apenas pruebas para analizarlas y también existe una falta de tratamiento específico. Otros insectos como los tábanos, mosquitos, moscas, pulgas, garrapatas o arañas no causan alergia como tal aunque si producen reacciones locales que serán más o menos intensas en función del insecto y el niño.
Alergia a hormigas de fuego
El veneno de este tipo de hormigas puede causar reacciones alérgicas de forma similar a las que ocasionan el veneno de avispas y abejas, por lo que causará síntomas similares. En primer lugar, una reacción local con hinchazón, dolor y picor en la zona de la picadura. Además, puede que en ocasiones se acompañe de síntomas propios de una anafilaxia, con inflamación de otras partes del cuerpo, como los párpados, problemas respiratorios, etc. Son de origen americano, por lo que es poco habitual que se vean este tipo de insectos y alergias en Europa. Ha habido algún caso en personas que han manipulado maderas importadas.
Alergia a comida para peces
La comida para peces puede contener restos de otros peces, moluscos, crustáceos, entre otros, que pueden desencadenar alergias en aquellos niños que tengan alergia a este tipo de alimentos. Esto, no sería una alergia rara como tal. Pero además, pueden incluir unas larvas de un insecto díptero que en su fase adulta se parecen a los mosquitos, los quironómidos. En algunas personas se han observado síntomas respiratorios como conjuntivitis, rinitis o asma tras dar manipular comida para peces derivados de estas larvas.
Alergia a veneno de serpientes, peces y medusas
En realidad cuando alguien es mordido o entra en contacto con el veneno de serpientes u otros animales como el escorpión, las medusas o las arañas, no genera una reacción alérgica como tal. Lo que se produce son reacciones de origen químico o tóxico debido a que las sustancias que transmiten con las picaduras producen inflamación y lesión de los tejidos. En cualquiera de los casos, son consideradas urgencias médicas y debe acudirse de inmediato al centro de salud más cercano para ser valorado.
Alergia a materiales profesionales
Este tipo de reacciones aparecen sobre todo en personas adultas debido al manejo de alguna sustancia alergena durante el ejercicio de su profesión, aunque en niños pueden aparecer si pasan largos períodos de tiempo en el lugar de trabajo del adulto o por contacto indirecto al transportarlo sus familiares en la ropa o el pelo. Los síntomas más frecuentes que pueden aparecer son rinoconjuntivitis, dermatitis o asma ocupacional, en profesionales como carpinteros, panaderos y peluqueros, al tener contacto con productos químicos, látex, tintes o colorantes.