¿Qué impacto tiene el asma alérgico en el rendimiento escolar?

Un estudio multicéntrico español demuestra que el asma bronquial de origen alérgico tiene un impacto notable en el rendimiento escolar en términos de absentismo y presentismo

Un estudio español multicéntrico realizado en hospitales de distintas ciudades de España con más de 100 niños y adolescentes con asma bronquial de causa alérgica ha permitido demostrar el impacto notable que la enfermedad alérgica tiene tanto en su rendimiento escolar, en términos de absentismo y presentismo, como en las actividades de la vida diaria. Por lo general, a los problemas comunes que pueden tener todos los niños que van al colegio, en el caso de los que tienen alergia o asma, se añaden los propios derivados de su enfermedad.

El trabajo, dado a conocer en el pasado congreso de SEICAP, ha sido realizado en hospitales de Manresa, Terrasa, A Coruña, Sevilla y Esplugues de Llobregat. En él participaron 125 niños con una media de edad de 9,97 años. El 44% presentaba asma intermitente, el 25% asma persistente leve y el 28% asma persistente moderada. Más de la mitad de ellos reportaron algún tipo de alteración en las actividades escolares o habituales. Además, uno de cada cuatro reportaron pérdida de tiempo en clase como consecuencia de la alergia, el 47% pérdida de rendimiento escolar, más de la mitad alteración global y el 45% una alteración de las actividades habituales.

Cómo repercute el asma en la escuela

El asma es una de las principales causas de absentismo escolar. Por lo general, los niños suelen tener el asma bien controlado, sin embargo, si no se reconoce y se trata de forma adecuada puede implicar una situación grave de salud para el menor. En algunos casos, los alumnos pueden desarrollar síntomas debido a la práctica de ejercicio físico, sobre todo durante las clases de Educación Física. Esto hace que puedan tener dificultades para seguir el ritmo de sus compañeros, por lo que a veces son excluidos de la actividad, incluso de determinadas excursiones. A ello se unen la tos nocturna y los trastornos del sueño comunes en los niños con asma, lo que puede mermar su capacidad de atención y concentración.

En este sentido, es importante que el personal a cargo del niño, ya sea el profesor o monitor, tengan formación suficiente para poder identificar los síntomas y saber cómo actuar en caso de crisis asmática. Así mismo, conviene conocer las limitaciones de cada niño con el fin de no condicionarles a realizar un sobreesfuerzo que les provoque una exacerbación.

Por otro lado, el colegio debe asimismo garantizar un ambiente seguro y saludable para el alumno, de tal manera que se evite en la medida de lo posible el contacto con el mayor número de alérgenos desencadenantes e irritantes. Los desencadenantes más comunes en los niños escolares son las infecciones virales y el ejercicio, sobre todo cuando se inhala aire frío. Aunque también pueden serlo el polen o los alimentos.

Así mismo, se debe procurar que el niño con asma o alergia no sea estigmatizado o rechazado debido a su enfermedad con lo que debería facilitarse su participación en todas las actividades educacionales y recreativas, al igual que el resto de sus compañeros. Otro aspecto fundamental que debe permitir el colegio es el acceso a la medicación y otra serie de medidas y protocolos necesarios para el alivio de los síntomas.

Además, los padres del alumno deberán presentar en el colegio un plan de actuación realizado por el pediatra alergólogo que incluya los alérgenos a evitar, la medicación y la información de contacto.