Con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebra el 31 de mayo, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advierte del peligro que supone el tabaco para los lactantes y los menores, recordando la importancia de proporcionar un entorno libre de humos.
Según un estudio elaborado por el Instituto de Red, Prevención e Investigación Oncológica (ISPRO) hasta un 1,6% del total de Años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) podría evitarse eliminando la exposición al humo del tabaco entre los niños y durante el embarazo. Por ello, desde la SEICAP se incide en lo importante que es concienciar a las madres de todos los problemas, sobre todo a nivel respiratorio, que pueden ocasionar a su hijo si fuman durante la gestación.
En cuanto a los lactantes, el mayor riesgo que puede aparecer en los bebés amamantados por madres fumadoras es el de muerte súbita del lactante, desarrollo de obesidad futura y una menor talla.
Asimismo, los bebés criados en ambientes con humo de tabaco tienen más riesgo de padecer más infecciones respiratorias, un mayor número de episodios de asma y más hospitalizaciones por estos motivos.
La exposición al humo es una de las principales causas de enfermedad entre los niños y se asocia con el asma, las infecciones del tracto respiratorio inferior, la otitis media y el síndrome de muerte súbita del lactante. El tabaco actúa como desencadenante de las crisis agudas de asma en los niños, al tener sus bronquios inflamados de forma crónica. Aun así, 40% de los niños asmáticos en España son fumadores pasivos en su medio familiar según un estudio de la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).
Cigarrillos electrónicos y vapeadores
El Cigarrillo Electrónico (CE) o vapeador es la forma en que los más jóvenes se inician al tabaco. De hecho, el 44,3% de los estudiantes de 14 a 18 años reconoce haber consumido cigarrillos electrónicos alguna vez, según una encuesta del Plan Nacional sobre drogas del Ministerio de Sanidad
Desde SEICAP se advierte de la relación entre el cigarrillo electrónico y los síntomas respiratorios como irritación de las vías aéreas, hipersecreción y respuesta inflamatoria, lo que supone un aumento de los síntomas en los niños y adolescentes con asma. Todo ello puede aumentar las posibilidades de que el menor se convierta en un futuro fumador convencional.
La adolescencia es una etapa de cambios fisiológicos, emocionales y sociales en la que resulta aún más complicado inculcar una rutina de cuidados para conseguir un control de enfermedades como el asma. Por ello, es importante que en el entorno del adolescente asmático se eviten al máximo los irritantes como los del tabaco, para evitar exacerbaciones y posibles ingresos hospitalarios.