Aunque ni el sudor ni el sol se comporten como un alérgeno, la sudoración excesiva y la exposición al sol pueden dar lugar a manchas rojas, urticaria o dermatitis en la piel de los niños más pequeños.
Como explican los expertos de SEICAP, generalmente el sudor puede activar la inflamación de la piel, unido a otras causas que pueden estar en la ropa, como jabones u otras sustancias con las que los niños estén en contacto y que en verano les afecten a la piel en mayor medida. Este tipo de reacciones cutáneas son más frecuentes en bebés y niños de hasta 3 años de edad, quienes tienen una piel más sensible y con mayor predisposición a sufrir irritaciones.
En ocasiones, esta irritación de la piel puede empeorar a causa del estrés y la ansiedad, por lo que es conveniente analizar el estado emocional del niño y el ambiente que le rodea. Si no se produce ninguna complicación, estas reacciones cutáneas suelen dudar solo unos días y desaparecen de forma natural. En caso contrario, recomendamos acudir a la consulta del pediatra alergólogo para realizar un diagnóstico completo del pequeño y recibir asesoramiento sobre las mejores pautas para el cuidado de su piel y el alivio del picor y el enrojecimiento. Las afecciones cutáneas que suelen empeorar por el sudor más comunes son la dermatitis atópica, la urticaria y la dishidrosis (erupción de la piel).
Las reacciones cutáneas producidas por la exposición al sol que algunas personas denominan como “alergia al sol”, no suelen tener un origen o causa alérgica. Así que podemos decir que la “alergia al sol” no existe, sino que es un nombre inadecuado. El término “alergia al sol” incluye un pequeño grupo de reacciones en la piel producidas por la exposición solar en las que interviene el sistema inmunitario. Dentro de estas se incluyen la urticaria solar, la erupción solar polimorfa, las fotodermatosis e hidroa vacciniforme.