El frío es uno de los factores que más influyen en la aparición de brotes de dermatitis atópica en niños. Así lo recuerda la SEICAP que, tras la celebración el pasado 27 de noviembre del Día Nacional de la Dermatitis Atópica, quiere aconsejar a las familias sobre la importancia de proteger la piel de los pequeños en esta época del año.
Esta enfermedad crónica de la piel es la más frecuente en niños, con una prevalencia de entre el 15% y el 30% en la población infantil, según datos de la SEICAP. Además, un 60% de los casos son diagnosticados antes del año y en torno al 85% debutan antes de los 5 años de vida.
Recomendaciones frente al frío
La dermatitis atópica provoca un mal funcionamiento de la barrera protectora de la piel. El frío acentúa la deshidratación propia de las pieles atópicas y las hace más vulnerables a sufrir brotes. Desde SEICAP proporcionamos una serie de recomendaciones para afrontar esta enfermedad en época invernal.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura y las temperaturas extremas. La temperatura ambiente idónea está entre 20-22 grados.
- Ventilar las habitaciones a diario. La calefacción reseca el entorno, y los ambientes secos deshidratan la piel, aumentan el picor, la hidratación y el riesgo de infección.
- La humedad ambiental no debe ser inferior al 30%. Para conseguirlo, además de ventilar, coloca cuencos de agua encima de los radiadores porque esto ayuda a dispersar la humedad en el ambiente.Otra de las soluciones es utilizar humidificadores.
- Precaución al salir de casa. Hay que limitar el impacto del frío en la piel usando guantes, bufandas y ropa de fibras naturales.
- Hidrata la piel tanto por dentro, con dos litros de agua al día, como por fuera con cremas hidratantes y emolientes.
- Cuidado con la lana. Aunque es caliente, a los atópicos les provoca picor e inflamación en la piel. Elige prendas de algodón o tejidos naturales.
- El sudor es el enemigo de la dermatitis. Por ello, es muy importante que tu niño no sude, pues irrita la piel y puede desencadenar un brote de lesiones eccematosas. La solución es no abrigarle demasiado, y en lugares cerrados permitir que se desprenda del abrigo, en caso de que tenga calor. Esto evitará la sudoración.
- Duchas tibias de no más de cinco minutos. Los largos baños de agua caliente pueden dañar la piel atópica, por ello la temperatura del agua no debe superar los 34 grados. También es importante utilizar jabones de avena o con pH ácido y no emplear esponjas ni frotar la piel.
- No olvidar la protección solar. Aunque sea otoño o invierno es básico proteger tu piel del sol con un protector especifico para pieles sensibles.
Geles hidroalcohólicos y mascarillas pueden agravar la enfermedad
El uso de los geles hidroalcohólicos se ha convertido en una rutina, en especial en los centros educativos como principal medida para evitar el contagio del virus SARS-CoV-2. Sin embargo, en los niños con diagnóstico de dermatitis atópica no es recomendable porque pueden agravar los síntomas de sequedad, descamación o la irritación. Por lo tanto, se aconseja priorizar el lavado de manos con agua y jabón.
En cuanto al uso de la mascarilla, también acentúa los problemas cutáneos si se sufre dermatitis. Así, el contacto continuo y la humedad que se genera como consecuencia de la respiración, sobre todo al jugar y realizar actividades deportivas, desencadenan brotes de eccemas que les generan mucho prurito. En estos casos se recomienda emplear mascarillas de algodón o de tejidos naturales que faciliten la transpiración y que ocasionen el menor daño sobre la piel de los niños.