¿Cómo actuar ante la anafilaxia de un niño?

Desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) os proporcionamos una serie de consejos para padres y familiares para saber cómo actuar ante una crisis de anafilaxia.

La anafilaxia es una reacción alérgica en la que están afectados dos o más órganos del cuerpo, casi siempre suele estar afectada la piel pudiendo asociar síntomas respiratorios, digestivos o incluso en los casos más graves cardiovasculares

En primer lugar, lo que nunca se debe hacer es dejar al niño que sufre una anafilaxia solo, buscar ayuda en alguien próximo y llamar al servicio de emergencias. Si el niño está diagnosticado, por lo general, llevará consigo el autoinyector de adrenalina para administrar en caso de necesidad, y será la persona que esté con él en ese momento la encargada de aplicarlo lo antes posible, pues la rápida intervención puede salvar su vida. Está comprobado que cuanto más retraso haya en la administración de adrenalina más resistente será la anafilaxia al tratamiento.

El autoinyector de adrenalina debe utilizarse en el momento en el que se sospecha que el niño está sufriendo una anafilaxia. Se puede emplear a través de la ropa en caso de emergencia ya que no supone ningún impedimento para que la aguja del autoinyector pueda atravesarla. Debe aplicarse en la parte externa del muslo y dependiendo de si es pequeño, se deberá sujetar al niño con las piernas del adulto y los brazos para evitar que se mueva.

Síntomas de la anafilaxia

Los síntomas de anafilaxia aparecen después de que el niño haya tenido contacto previo con el alérgeno. Los alérgenos causantes más frecuentes en los niños son los alimentos, sobre todo la leche de vaca, el huevo, los frutos secos, los pescados y las legumbres. En segundo lugar, destaca el veneno de himenópteros y, por último, los medicamentos, como los antibióticos y antiinflamatorios.

Los síntomas surgen poco después del contacto con el alérgeno, entre unos minutos y hasta las dos horas siguientes. Además, en ocasiones pueden aparecer en dos fases. Después de la recuperación completa de la primera, entre las 4 y 12 horas siguientes aparece de nuevo otra reacción similar a la primera. Por este motivo es aconsejable permanecer unas horas en observación hospitalaria tras tener una anafilaxia.

La anafilaxia puede afectar a cualquier órgano o sistema y lo que permite su identificación es la aparición de todos o algunos de ellos al mismo tiempo. Los síntomas que pueden aparecer son:

  • Síntomas mucocutáneos (90%): urticaria, prurito, eritema, angioedema, edema periocular, o inflamación conjuntival. En algunos casos pueden estar ausentes en anafilaxias muy graves que se inician con shock.
  • Síntomas respiratorios: hidrorrea, estornudos, congestión nasal, disfonía, ronquera, afonía, sensación de cierre faríngeo o asfixia, estridor, dificultad respiratoria, sibilancias, tos, opresión torácica, cianosis, parada respiratoria.
  • Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, disfagia, pirosis, dolor abdominal intenso tipo cólico.
  • Síntomas y signos cardiovasculares: taquicardia, bradicardia, dolor torácico, colapso, síncope, incontinencia, mareo, arritmias cardiacas, mala perfusión periférica e hipotensión.
  • Síntomas neurológicos: hipotonía, decaimiento, ansiedad, confusión, sensación de muerte inminente, mareo, pérdida de conciencia.