La alergia al huevo es, junto con la leche, la alergia alimentaria más frecuente en los primeros años de vida. Se aconseja introducir el huevo cocido en primer lugar ya que suele ser bien tolerado. De hecho, cuando los niños empiezan a comer tortilla o huevo poco hecho es cuando suelen aparecer la mayoría de las manifestaciones clínicas de la alergia a este alimento.
En cuanto aparezcan síntomas, se deberá consultar con un pediatra alergólogo y solo retirar de la dieta aquello que haya provocado una reacción. Es decir, si el niño ha tolerado el huevo cocido en primer lugar y los síntomas han aparecido cuando ha tomado tortilla, solo deberá evitarse esta forma de cocinado, pero no necesariamente el cocido.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la alergia al huevo suelen aparecer de forma inmediata, desde unos minutos hasta las dos primeras horas después de la ingesta. Lo más frecuente es la aparición de sintomatología cutánea, del tipo eritema perioral, urticaria facial o generalizada. También pueden aparecer síntomas de asma (broncoespasmos, sibilancias, tos), rinitis, conjuntivitis o digestivos, con diarrea, vómitos, náuseas… Si están afectados más de dos órganos se considera anafilaxia. Una pequeña parte de pacientes pueden presentar una alergia no mediada por IgE, considerada una enterocolitis inducida por el alimento, que consiste en vómitos repetidos dos horas después de la ingesta del alimento, y se acompaña de letargia, palidez, decaimiento, hipotensión y, a veces, hipotermia.
Prevención de la alergia al huevo
En cuanto a su consumo, la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI) recomienda la introducción de huevos de gallina bien cocidos, pero no huevos crudos o pasteurizados, como parte de la alimentación complementaria del bebé. Varios estudios consideran que el retraso en la introducción no tiene ningún beneficio preventivo. Se recomienda la introducción del huevo a partir de los seis meses de edad.
¿Puede desaparecer la alergia?
Aproximadamente en el 50 % de los niños la alergia al huevo se resuelve espontáneamente a los 5 años y en el 75% a los 7-9 años, sin embargo, algunos niños no superan esta alergia y son los que suelen tener un elevado nivel de sensibilización con riesgo de tener una reacción anafiláctica grave al tomar pequeñas cantidades de huevo ocultas en otros alimentos. El huevo cocido se suele tolerar antes que el crudo, pero hasta que el niño no tolera el huevo crudo o poco cocinado, no se considera que ha superado la alergia al huevo. Actualmente se realizan tratamientos de inducción de tolerancia al huevo en los pacientes que no alcanzan tolerancia espontánea.
Posibles fuentes de huevo
Es útil reconocer en la etiqueta de los productos alimentarios, los distintos nombres que indica la presencia de huevo, por ejemplo, las palabras con prefijo ovo como ovoalbúmina, ovomucina, y ovotransferrina, por ejemplo. Otros nombres que sugieren igualmente la presencia de huevo son albúmina, conalbúmina, globulina, livetin, lisozima, silico-albuminado, vitellin.
Desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) proporcionamos una lista de posibles alimentos que pueden contener huevo, entre otros:
- Horneado (pan y mezclas listas para hornear)
- Los rebozados y fritos
- Postres rellenos de crema (natillas, flan, merengues, pudines y helados)
- Pastas frescas o secas
- Mezclas de pescado
- Preparados comerciales para sopas y caldos
- Productos cárnicos para relleno de empanadillas, pasteles salados, pizzas y albóndigas,
- Aliños cremosos para ensaladas (mayonesa).
- Bebidas alcohólicas en crema.
- Turrones, dulces de mazapán, glaseados.
- Coberturas de espuma y leche para café instantáneo.
- Mezclas de cerveza artesana y malta.